Premios Príncipe de Asturias 1981–2014. Discursos
4 O viedo | T eatro C ampoamor | 29 de octubre de 1987 Al lamentar que hayan sido motivos de salud los determinantes de aquella, quiero expresar mi agradecido recuerdo a quien estuvo con acierto y generosidad al frente de esta entidad desde los primeros tiempos. Y hago llegar al nuevo presidente la seguridad, más que la esperanza, con que todos confiamos en que sus acreditadas cualidades y su interés por cuanto a Asturias se refiere, produzcan los mejores frutos en el futuro que ante la Fundación se abre. Yo pido en estos momentos para la Fundación toda la ayuda que en cualquier sentido se le pue- da proporcionar, porque tengo la certeza de que con sus actividades va a contribuir cada vez más, en colaboración con las autoridades y organismos oficiales del Principado de Asturias, a enaltecer esta región que queremos tanto. Mi enhorabuena cordial a todos los premiados, así como a los miembros de los jurados, por el acierto que han tenido en sus decisiones. Entre los nombres de Camilo José Cela, que distingue al premio al ser distinguido con él; del ya citado Sebastian Coe; de Pablo Rudomín y Jacinto Convit, de Juan José Linz y Eduardo Chillida; de la comunidad Villa El Salvador o de los periódicos colombianos El Espectador y diario El Tiempo , cuyos méritos han sido recogidos en las citas correspondientes, permitidme que dedique un saludo muy cordial a Javier Pérez de Cuéllar y celebre vivamente que pueda estar hoy presente entre nosotros. La importante labor que desempeña como secretario general de las Naciones Unidas, en la búsqueda de esa difícil pero posible paz a que el mundo aspira, y sus esfuerzos en pro de la coope- ración iberoamericana, distinguen a esta personalidad internacional que será desde ahora Premio Príncipe de Asturias. Y permitidme que termine expresando mi orgullo y mi satisfacción por estar hoy aquí, con el Rey y la Reina y con todos vosotros. Muchas gracias a mis padres por honrar este acto con su presencia, como signo de su interés por la Fundación y de su apoyo incondicional al nuevo presidente. Muchas gracias a todos los presentes que, como en años anteriores y si Dios quiere en los venideros, me brindáis en estos momentos la oportunidad de seguir aprendiendo y de vivir inten- samente la transcendencia de este acto. «Yo pido en estos momentos para la Fundación toda la ayuda que en cualquier sentido se le pueda proporcionar.»
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