Premios Príncipe de Asturias 1981–2014. Discursos

4 O viedo | T eatro C ampoamor | 31 de octubre de 1992 Desde sus comienzos, la historia de Sudáfrica se ha caracterizado por una búsqueda, por parte de los diferentes pueblos que viven en esta parte meridional del continente africano, de una solución justa y duradera para el problema de la convivencia pacífica. Por esta razón, entre períodos de intensos conflictos bélicos, se han sucedido otros en los que se adoptaron diferentes fórmulas políticas, con la esperanza de traer la paz y la prosperidad duradera a este perturbado país. Sin embargo, ni la unificación, ni el colonialismo, ni otras soluciones utilizadas alcanzaron el éxito, principalmente porque todas ellas tenían un defecto esencial: ninguna logró establecer una democracia para todos los sudafricanos. Este es el fallo que el Gobierno sudafricano intenta corregir desde 1990. El camino del éxito es duro, como ha quedado claramente demostrado durante los tres últimos años. No obstante, el presidente De Klerk está absolutamente determinado a continuar en el camino de la reforma y confía en que alcanzará el triunfo, porque él y otros dirigentes cuentan en este empeño con el apoyo de la mayoría del pueblo de su país. Frederich G. Conradie, en nombre de Frederick W. de Klerk — Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional 1992 De Klerk presidió la República Sudafricana desde 1989 hasta 1994. — Fragmento del discurso ofrecido con motivo de la entrega del Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional el 31/10/1992.

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