Premios Príncipe de Asturias 1981–2014. Discursos

3 Premiados. Fragmentos P remios P ríncipe de A sturias 1981–2014. D iscursos La transición fue, sobre todo, a mi juicio, un proceso político y social de reconocimiento y compresión del «distinto», del «diferente», «del otro español», que no piensa como yo, que no tiene mismismas creencias religiosas, que no ha nacido enmi comunidad, que no semueve por los ideales políticos que a mí me impulsan y que, sin embargo, no es mi enemigo sino mi complementario, el que completa mi propio «yo» como ciudadano y como español, y con el que tengo necesariamente que convivir porque solo en esa convivencia él y yo podemos defender nuestros ideales, practicar nuestras creencias y realizar nuestras propias ideas. Creo que nadie, en política democrática, posee la verdad absoluta. La verdad siempre implica una búsqueda esforzada que tenemos que llevar a cabo en común, desde el acuerdo de convivir y trabajar juntos. A esta convivencia libre y pacífica, a esa concordia, nos impulsa como necesidad no solamente el pasado histórico, sino el presente y el futuro. Esa concordia está fundada en realidades comunes económicas, sociales y políticas que, a mi juicio, son indiscutibles. Todos los españoles teníamos que llegar —sin abdicar de nuestras propias ideas y creencias— a un acuerdo esencial, a un pacto fundamental de concordia que es necesario renovar cada día. Creo que así lo hicimos bajo el amparo de la Corona. Así creo que lo debemos seguir haciendo en torno a la Constitución y su cumplimiento y en torno a la Monarquía y a esa realidad común que se llama España. Ese acuerdo ha de reflejar lógicamente la necesidad que tenemos de afrontar juntos, en forma solidaria, el futuro, que a todos nos concierne y hasta la energía, la esperanza y el optimismo con que debemos hacerlo. Creo que la piedra angular sobre la que, en nuestra transición, se asentó la democracia, consistió, precisamente, en la implantación política y vital de la concordia civil. Y eso debíamos conseguirlo desde el pluralismo que, realmente, se daba entre nosotros. Desde la tolerancia y desde la libertad. (…) En el futuro yo creo que España podrá superar cuantas dificultades se le planteen y realizar su decisiva aportación a la concordia de las naciones. Y para ello creo que los españoles puede que solo tengamos que hacer una cosa: cultivar, día a día, allí donde nos encontremos, la buena semilla de la concordia. Adolfo Suárez — Premio Príncipe de Asturias de la Concordia 1996 Adolfo Suárez fue presidente del Gobierno de España de 1976 a 1981. Fue el primer presidente de la democracia. — Fragmento del discurso ofrecido con motivo de la entrega del Premio Príncipe de Asturias de la Concordia el 8/11/1996.

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