Premios Príncipe de Asturias 1981–2014. Discursos
5 P remios P ríncipe de A sturias 1981–2014. D iscursos A nadie puede escapársele ya la evidencia de que asistimos a la vertiginosa agonía de todos los principios y certezas que han signado durante milenios la conducta del hombre, cuyo perfil como persona va borrándose paulatinamente y es reemplazado por el fantasma que intenta imitarlo en la brumosa pantalla electrónica. Es así como estos nuevos medios de una pretendida comunicación, puestos al servicio de una sociedad de consumo, de cada díamás vasto y asolador alcance, conspiran para anular la noción de individuo y la existencia misma de la persona que casi nada cuenta ya y va a fundirse en esa masa informe que se mueve a impulsos de un hedonismo primario y de un afán cainita que invade cada vez con mayor saña todas las regiones del planeta. Sobrada razón tenía, entonces, quien dio su voz de alarma en esta misma sala y en idéntica ocasión: «¡Estamos cercados!», dijo. En efecto lo estamos y es hora de tomar conciencia de ello y de buscar el remedio en las secretas claves que han marcado nuestro destino desde hace milenios. ¿En dónde descubrirlas? La respuesta es evidente: están en las ruinas de Tartesos; en la recia huella de Roma a todo lo largo y a todo lo ancho de la península; en la lección que nos dejaron los omeyas, traductores de Platón y de Aristóteles; en la luminosa visión esotérica de celtas y de iberos y, no por ser la última, menos determinante, en la sabiduría de mayas, toltecas, incas y demás civilizaciones de la América precolombina. En la suma de todos y cada uno de estos legados fecundos, de uno y otro lado del océano, tengo la certeza de que está el recurso para vencer el cerco y contrarrestar esa mortal propuesta de globalización y ciega entrega a medios mecánicos que atentan contra el ser hasta inmolarlo en la tiniebla. Nosotros, españoles e iberoamericanos, somos dueños aún de una concienciamítica destinada a preservar nuestra condición de individuos. Esa voz salvadora tiene ecos reveladores en ceremonias como esta a la que hoy asistimos, donde España rinde un generoso reconocimiento a los diversos campos del ingenio humano, representados aquí por personas de vario origen y condición, en cuyo nombre tengo el honor de hablar. Entendamos este acto como un rito que sirve para exorcizar el asedio que nos amenaza. Álvaro Mutis — Premio Príncipe de Asturias de las Letras 1997 Fragmento del discurso ofrecido con motivo de la entrega del Premio Príncipe de Asturias de las Letras el 24/10/1997.
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