Premios Príncipe de Asturias 1981–2014. Discursos
10 O viedo | T eatro C ampoamor | 27 de octubre de 2000 Dotada de excelentes facultades y con una especial emoción en la voz y una presencia interna- cional que dura ya veinticinco años, Barbara Hendricks conoce bien nuestro país, del que admira su historia, y ha tenido por maestros a algunos de nuestros mejores cantantes. Es justo resaltar que su vida no está guiada solo por su amor hacia la música, sino también por su dedicación a labores humanitarias. Ha hecho de todo el mundo —y en especial de algunos países conflictivos— el centro generoso de sus desvelos. Ha sido embajadora de Buena Voluntad del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados y a ella debemos la iniciativa de crear una institución dedicada a promover la paz y la reconciliación en todo el mundo. Su hermosa voz ha servido para elevar su protesta en contra de la xenofobia, el antisemitismo y la intolerancia, una actitud que nace de su convicción de que la vida es una oportunidad maravillosa para entregarnos a los demás. Su gran humanidad también la expresa habitualmente con ideas claras y sencillas, como cuando afirma que «la música es una medicina para la voz, pero también para el alma». Gracias, Sra. Hendricks, por su generosidad esta noche. Nos ha conmovido 1 . En el quinto centenario de Brasil, recibe su presidente, el doc- tor Fernando Henrique Cardoso, el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional por su destacado liderazgo político y por sus esfuerzos para combatir desigualdades sociales y promo- ver la educación y la cultura en todos los ámbitos de la sociedad. Brasil es una gran nación, inmensa, dinámica y rica, milagro de fraternidad racial y nacional, que celebra su nacimiento or- gullosa de haber creado una cultura hecha de tolerancia, abierta y democrática y con unas perspectivas de desarrollo de extraor- dinaria importancia. Fernando Henrique Cardoso ha sido, antes de dedicarse a la política, un estudioso de la reali- dad social y esa inquietud primera le ha permitido abordar con brillantez asuntos complejos y dis- pares, tales como la inflación, el espíritu democrático, el mundo del capital, el perfeccionamiento de las instituciones, el mercado común americano y la mediación entre países. Intelectual sensible y lúcido en la interpretación del vertiginoso cambio que vivimos, se ha impuesto la tarea de conse- guir para su pueblo mejores condiciones de vida y alcanzar un grado satisfactorio de justicia social. Además, su sensibilidad cultural le ha llevado a preocuparse de un tema especialmente querido por la Corona: el del respeto y el amor por las lenguas portuguesa y española. Su interés por incre- mentar la enseñanza del español en Brasil y por extender la del portugués fuera de sus fronteras es una forma más, ciertamente eficaz y tal vez imprescindible, de unir para la prosperidad a la Comunidad Iberoamericana. El reconocimiento a la labor del presidente Cardoso nos mueve a reflexionar sobre lo que ha sido la mutua relación entre nuestros países y, sobre todo, acerca de lo que puede llegar a ser el futuro de nuestra cooperación, especialmente en la economía, la cultura, la educación y el medio ambiente. Son cuatro aspectos del desarrollo en los que España, como pueblo hermano, debería estar presente de una manera especialmente generosa. Porque además, un amplio conjunto de países de aquel continente que precisan desarrollar sus economías nacionales, potenciar y proteger sus culturas y salvaguardar su patrimonio natural, necesitan de la ayuda de ambos, de Brasil y de España. Y esta ayuda debe no solo centrarse en proporcionar todos los medios posibles para la consecución de estos fines, sino también en resguardarlos de cualquier iniciativa que nazca solo impulsada por el desarrollo incontrolado, la ambición desmedida y la especulación. Esta colaboración redundará también, estamos seguros, en la profundización del conocimiento 1 Barbara Hendricks interpretó el espiritual negro «Sometimes I feel like a motherless child» tras recoger el galardón. «Con el aliento de la Corona, el amparo de la Constitución y el trabajo ilusionado de los españoles, España, con sus problemas, es hoy un país que ha progresado, enormemente, unido en la libertad.»
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