Premios Príncipe de Asturias 1981–2014. Discursos

P remios P ríncipe de A sturias 1981–2014. D iscursos 7 Discurso XXIII Un año más, cuando en nuestras tierras los días se acortan en busca del invierno, volvemos a vivir, con ilusiones y esperanzas renovadas, la prometedora jornada de la entrega de nuestros premios. Culminan en estos emotivos y solemnes momentos muchas horas entregadas a la idea de que nuestros galardones sean foro de encuentro y de diálogo entre culturas, sueño de una humanidad más fraternal y sean también fortaleza moral para que nunca habite en nosotros lo que el poeta llamó la desierta, la infinita llanura de la ingratitud y del olvido. Con estos arraigados pensamientos y desde esta querida Asturias, acogemos a los galardona- dos, a los componentes de los jurados, a los patronos y protectores de la Fundación, a los medios de comunicación de tantas partes del mundo, a miles de gentes anónimas y a personas excepcionales por la alta representación que ostentan, que se unen a nosotros para vivir este día inolvidable. Les expreso a todos mi más profunda gratitud, pues a ellos y a quienes les precedieron les debemos el hecho de que nuestros premios sean muy queridos, valorados y reconocidos en España y en todo el mundo. Inolvidable es la obra de todos los premiados que, año tras año, nos han honrado con su presencia en este teatro; e inolvi- dable es también la emoción y el impulso que se experimenta al observar el mundo y nuestras propias vidas desde esta atalaya del buen hacer, del ejemplo y del compromiso que supone la obra de mujeres y hombres como los que hoy reciben nuestros premios. Ellos son, como nos sugirió Cervantes, quienes nos enseñan el buen camino porque antes tuvieron que llorar para aprenderlo. De lágrimas propias y de llantos ajenos sabenmucho el teólogo peruano Gustavo Gutiérrez y el pe- riodista polaco Ryszard Kapuściński, galardonados con el Premio de Comunicación y Humanidades. Gustavo Gutiérrez ha centrado su vida en la teología, que él —manteniendo la naturaleza de esta en cuanto reflexión sobre la fe y desde la fe— entiende, con una riqueza de matices, como un diálogo, nos ha dicho, «con la cultura contemporánea», como una «aproximación desde la libertad al Evangelio», «como una manera de hablar de Dios en el mundo de hoy». Desde esta perspectiva, mantiene viva la fe en los seres humanos, a pesar de los graves problemas de injusticia y desigual- dad que tan profundamente conoce. Fundamenta su pensamiento en el convencimiento de que la esperanza transmitida por el mensaje cristiano pervive hoy con toda su grandeza y es esencial para hacer frente a las situaciones más penosas del mundo en que vivimos. Con su itinerario humano y espiritual, el teólogo peruano ha dado testimonio de que esta espe- ranza cristiana no debilita el compromiso en orden al progreso de los hombres de nuestro tiempo, sino, por el contrario, le da sentido y fuerza. Nos ha mostrado que la búsqueda de la libertad y la aspiración a la liberación, que están entre los principales afanes del mundo contemporáneo, tienen raíz en la herencia del Cristianismo. El padre Gutiérrez se ha distinguido además por haber sabido fundamentar su verdad en una amplia cultura y en una sólida formación que tiene hondas raíces en su pueblo peruano. Ryszard Kapuściński es tal vez uno de los periodistas más prestigiosos del mundo y un testigo fundamental para reconstruir la historia del último tercio del siglo xx. Como el padre Gutiérrez, entiende su trabajo como un esfuerzo por defender a los más débiles y contar su historia, pues —en palabras suyas— «alguien tiene que hablar en nombre de la pobreza». Su compromiso ético lo ha convertido en un profesional muy admirado sobre todo por las jóvenes generaciones de periodis- tas, que ven en él una máxima referencia moral. Extraordinario observador, dotado como pocos para captar los detalles más reveladores y signi- ficativos de una realidad compleja, nuestro galardonado se ha dedicado también, con gran calidad «Nunca antes España ha sido más libre, más próspera, más capaz y admirada que en esta época iluminada por nuestra ley de leyes.» Ver vídeo

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