Premios Príncipe de Asturias 1981–2014. Discursos
10 O viedo | T eatro C ampoamor | 23 de octubre de 2009 ideas, que son un medio ideal para la difusión de la cultura; o que han extendido y democratizado la información y la comunicación de una manera extraordinaria, intensificando y facilitando las relaciones entre los seres humanos a escala universal. Por todo ello, Martín Cooper y Raymond Samuel Tomlinson forman parte de la gran historia de la ciencia mundial y desde hoy también de la particular y bella historia de nuestra Fundación. El Premio de las Letras ha sido otorgado al escritor albanés Ismaíl Kadaré , uno de los creadores que de modo más intenso ha vivido y padecido una titánica lucha entre extremos, una tensión entre su creación literaria y los problemas sociales y políticos de su tiempo, especialmente de su país, martirizado por un áspero y hermético régimen político. Entregado a la creación literaria con una pasión que no ha mermado esas durísimas condiciones, ha sabido, además, abrirla al mundo de una manera magistral. La obra de Kadaré, llena de lucidez, hondura y vigor, no se limita a crear personajes e historias de ficción, porque parte de la convicción más profunda de que la literatura no es solo entretenimiento ni una mera recreación estética, sino que debe contener un mensaje y un compromiso moral. Si su creación como novelista y poeta es admirable, no menos lo son sus ensayos sobre la cultura de la península balcánica y la literatura y el arte de la antigua Grecia. Desde ellos hace un bello canto a la facultad de sus autores para universalizar los problemas y los sueños de aquellas sociedades; y a su advertencia, válida para aquel tiempo y para todos los tiempos, de que la luz y la democracia engendradas por su civilización son logros que es preciso defender para no perder aquello sin lo cual no pueden darse plenamente ni arte, ni letras, ni tampoco el pensamiento, ni tampoco la libertad. Al concederle este premio, no solo reconocemos a uno de los escritores europeos más impor- tantes de nuestro tiempo, sino a quien ha sido capaz de preservar y realzar la belleza de la lengua de su país, Albania, y elaborar desde ella una obra de resonancias universales, escrita en su mayor parte en un clima de intolerancia y autoritarismo extremos, en la que brilla una crítica al totalita- rismo y a sus mecanismos más perversos. Un canto incesante a la tolerancia y a la libertad, aunque a menudo haya tenido que ser formulado mediante alegorías, rescatando viejas leyendas, a fin de sortear censuras y dificultades que parecían insalvables. El legendario lema olímpico «Citius, Altius, Fortius», «Más rápido, más alto, más fuerte», tiene un modelo y ejemplo en la atleta rusa Yelena Isinbayeva, especialista en salto con pértiga. Una especialidad que ha sufrido una progresiva y extraordina- ria evolución y en cuyo ascenso, en esa continua superación de marcas, ella ha tenido mucho que ver. Supone, por lo tanto, un orgullo para todos nosotros la concesión del Premio de los De- portes de este año a esta deportista excepcional. A sus 27 años no solo ha destacado de manera extraordinaria por sus valores humanos y deportivos, sino que ya muy tempranamente ha sido reconocida como «la mejor atleta del mundo». Entre sus triunfos deportivos, además de ser la única atleta en la historia de esta especialidad que ha superado los 5 metros de altura, están 27 récords mundiales y 11 primeros puestos en com- peticiones olímpicas, mundiales y europeas. Pero sabemos que aún tiene por delante un camino abierto para seguir dando lo mejor de su esfuerzo, batiendo marcas y logrando victorias. Todos esos éxitos de Isinbayeva son el resultado de una voluntad férrea, de una poderosa for- taleza de ánimo, de un valeroso espíritu de superación y de una gran sensibilidad sin la cual nada sería el espíritu deportivo. Por todo ello, Yelena Isinbayeva merece la admiración y el respeto que todos le tributamos. Nos gustaría que su ejemplo extraordinario se inculcara en la juventud, en todas aquellas personas que desean ser mejores, que aspiran a una vida más saludable. Conseguiremos así que el deporte siga acrecentando su presencia en nuestro tiempo y continúe creando ámbitos de convivencia y fraternidad entre los pueblos. «El paro, que es la consecuencia más dolorosa de la crisis económica que vivimos, hiere nuestra dignidad como seres humanos y constituye nuestra principal preocupación.»
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