Premios Príncipe de Asturias 1981–2014. Discursos

8 O viedo | T eatro C ampoamor | 21 de octubre de 2011 maestros, mientras se entrega a su tarea diaria de profundizar en la fuerza y el secreto de la música. Es lo que trasciende en la belleza y en la capacidad comunicadora de su ejecución artística y lo que genera tanta admiración y elogio internacionales. El Premio de Ciencias Sociales ha sido concedido al psicólogo estadounidense Howard Gard- ner, que ha trabajado e investigado sobre todo en el ámbito de las ciencias de la educación. Es autor de la «Teoría de las inteligencias múltiples»; y sus estudios sobre ellas, sobre la forma de desarro- llarlas, lo han llevado a introducir múltiples innovaciones en el sistema educativo, con el propósito principal de lograr —como ha afirmado recordando a Platón— que «las personas quieran hacer lo que deben hacer». Esta formulación, en apariencia sencilla, choca a menudo con métodos de enseñanza que han primado solo algunas formas de inteligencia en detrimento de otras. El desa- rrollo más completo de nuestras capacidades facilita lo que para Gardner es un buen trabajo: aquel que es de alta calidad y va dirigido a mejorar la vida de los demás, es decir, un trabajo excelente, comprometido y ético. Desde hace más de diez años, Howard Gardner se ha propuesto, a través del Proyecto Goodwork, impulsado desde la Universidad de Harvard, identificar a personas e instituciones que son ejemplo de ese trabajo excelente. También busca la manera de hacer más frecuente su presencia en nuestra sociedad. Todo ello con un equipo internacional de investigadores que hacen realidad su empeño en mejorar la formación de los seres humanos y, por tanto, su futuro. Esta forma de trabajar también brilla de manera especial en la tarea desarrollada desde hace más de 350 años por The Royal Society, la comunidad científica más antigua del mundo, que ha recibido nuestro Premio de Comunicación y Humani- dades. Su misión admirable consiste en extender las fronteras del conocimiento a través del desarrollo y el uso de la ciencia en beneficio de la humanidad. Son grandes fines que precisan de una organización muy sólida, como la que posee la Royal Society; formada por personas que aman su tarea y defienden con pasión el beneficio supremo del conocimiento y la importancia de su generalización. En esta tarde de cultura y valores, la trayectoria centenaria de la Royal Society nos ayuda a resaltar y defender la prioridad social de la educación y de la instrucción; la necesidad de extender el conocimiento y de poner en juego nuestros principios en beneficio de todos; la convicción de que ese es el modo más seguro para vencer la injusticia, la violencia y el fanatismo, así como el sufrimiento y el dolor que producen en tantos seres humanos. Desde este punto de vista, la pregunta que se hace Bill Drayton, nuestro galardonado con el Premio de Cooperación Internacional, es aún más oportuna: «¿Cuál es la fuerza más poderosa del mundo?» Y Drayton responde: «Siempre una buena idea». Sin duda que a lo largo de los treinta años en los que su Fundación Ashoka ha identificado y apoyado a cerca de 3.000 emprendedores sociales alrededor del mundo, Bill Drayton ha podido comprobar una y otra vez que esto es más que una afirmación: es una realidad y muy beneficiosa. La labor iniciada por Drayton —y que Ashoka ha desarrollado en el tiempo— se centra y pone de relieve características fundamentales de la emprendeduría social tales como la inspiración, la creatividad, la fortaleza y, por encima de las demás, la confianza. Bill Drayton trabaja también para que nuestras acciones repercutan positivamente en la sociedad y nuestro trabajo asuma cada vez cotas más elevadas de responsabilidad social. Trabaja, en definitiva, con el objetivo de cambiar y mejorar el mundo. Los emprendedores sociales descubren y ponen en práctica soluciones viables a problemas so- ciales, viendo oportunidades donde otros tan solo perciben amenazas. Y puesto que esta forma de trabajar se hace aún más necesaria en tiempos de crisis, el premio con el que hoy reconocemos la tarea de Bill Drayton adquiere un significado especial. El futuro se puede esperar con temor o con «Los españoles debemos ser conscientes de que estamos en una empresa común en la que hoy, más que nunca, tenemos que estar unidos en torno a nuestros grandes objetivos nacionales.»

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