Premios Príncipe de Asturias 1981–2014. Discursos

8 O viedo | T eatro C ampoamor | 26 de octubre de 2012 Afirma Rafael Moneo que esto es lo máximo a lo que puede aspirar una obra de arquitectura. Y algo que, enunciado así, parece fácil y simple, sin embargo, es una de las características más re- levantes y difíciles de encontrar en los grandes proyectos arquitectónicos. La filósofa estadounidense Martha Nussbaum ha sido galardonada con el Premio de Ciencias Sociales por su contribución a las humanidades, a la filosofía del derecho y a la ciencia política. Sus reflexiones abarcan multitud de temas tan diversos como las cuestiones de género, religión, desarrollo internacional, educación o teoría de la justicia social; todas con su conocido «enfoque de las capacidades». El hilo conductor de su pensamiento es la vulnerabilidad humana. Por ello, Nussbaum, es- tudia cómo potenciar sentimientos y emociones positivas como la amistad y el amor e intentar acabar para siempre con otras negativas como la violencia, pues se muestra convencida de que es posible que los seres humanos nos pongamos de acuerdo sobre un conjunto de principios éti- cos universales pese a nuestras diferentes maneras de entender qué es el bien. Martha Nussbaum, brillante helenista, admiradora y estu- diosa de la filosofía socrática y aristotélica, ha reflexionado tam- bién sobre el proceso de degeneración de la educación, sobre ese «encogimiento del alma», como con sugerente expresión lo calificó Rabindranath Tagore. Nos advierte constantemente de la pobreza intelectual y ética que el abandono del estudio de las humanidades acarrea y nos exhorta a seguir trabajando para evitar los males inherentes a él. En este mismo foro hemos escuchado a nuestros galardonados llamar la atención muchas ve- ces sobre esta cuestión, sobre la urgencia de velar por la protección y el desarrollo de los estudios humanísticos como el mejor camino para alejar de nosotros la ignorancia, el desprecio y el olvido de nuestro pasado. Sin embargo, seguimos sintiendo cómo perdemos, apenas sin darnos cuenta, el inmenso caudal de sabiduría que contienen dichos estudios, y cómo, por desgracia, se difuminan los contornos de la auténtica formación de los seres humanos. Recordemos, no sin cierto estre- mecimiento, aquella pregunta que se hacía Thomas Eliot: «¿Dónde está la sabiduría que hemos perdido en conocimiento? ¿Dónde el conocimiento que hemos perdido en información?». Hoy reconocemos la grandeza y solidez del pensamiento y de la obra de Martha Nussbaum y le agradecemos su tenaz defensa de aquello que nos hace, en definitiva, más libres. Shigeru Miyamoto, que ha recibido el Premio de Comunicación y Humanidades, es uno de los más distinguidos representantes de ese arte gráfico japonés que en las últimas décadas ha conquis- tado el mundo a través de los dibujos animados, el cómic —los famosos manga — y los videojue- gos. Este último es el campo de Miyamoto, autor, entre otras, de dos series de videojuegos — La leyenda de Zelda y Super Mario — con los que han jugado y juegan millones de niños, adolescentes y también adultos en todo el planeta. Él ha declarado al conocer la noticia de su galardón que su sueño es seguir ofreciendo con su trabajo diversión y alegría a personas de todas las generaciones en todo el mundo. Pero, ¿cuál es el secreto de este éxito verdaderamente mundial? Se diría que el talento de Miya- moto consiste en fundir elementos occidentales y orientales en sus videojuegos en una síntesis que resulta atractiva para jóvenes de todas las culturas . También recoge en su obra la tradición literaria japonesa de la figura del niño-héroe, como Link, el protagonista de La leyenda de Zelda , con quien pueden identificarse todos los niños del mundo. Digna de elogio es asimismo la capacidad de los videojuegos de Miyamoto para provocar emo- ciones y sentimientos positivos en los jugadores y también el aspecto educativo de sus creaciones, que huyen siempre de la violencia, pues con ellas se aprende a cumplir las reglas del juego, a alcan- zar objetivos, a respetar al rival y se desarrolla la creatividad, la iniciativa y la inteligencia. Desea- mos que siga creando con el mismo entusiasmo, aportando ese carácter vital y lleno de energía con el que consigue acercarnos a todos, como es su propósito, en la diversión y en la alegría. «Sabemos que el pesimismo, la resignación o el desaliento no nos acercan a la solución; y sé que no es nada fácil para muchos ciudadanos mantener alto el ánimo.»

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