Premios Príncipe de Asturias 1981–2014. Discursos
4 O viedo | T eatro C ampoamor | 25 de octubre de 2013 Para mí, la fotografía representa la vida misma. Es comunicación y permite el intercambio de expe- riencias. Nos permite mostrar a otros lo que vemos, las cosas que nos fascinan, las personas y los lugares que amamos y apreciamos. Algunos fotógrafos desvelan nuestras dificultades y desdichas, aquello que nos traiciona y nos frena. Otros nos transportan a mundos que nunca podríamos visitar o nos ayudan a entender mejor a personas a las que, de otra manera, nunca conoceríamos. Al mismo tiempo, con una cámara podemos retener los momentos fugaces de nuestras vidas. Una fotografía posibilita que recordemos, por ejemplo, esa estampa increíble que nos fascina cuando la vemos y que luego desparece de nuestra visión. O ese memorable evento; ese lugar que visitamos una vez; nuestros hijos que crecen y cambian tan rápidamente. Las personas que amamos y de quienes aprendemos. Los momentos felices, tristes y profundos que animan y enriquecen nuestros días. La fotografía siempre ha tenido ese increíble poder para detener y retener el presente, antes de que desaparezca en el pasado. Y, sin embargo, el valor de la fotografía como una actividad seria se ha puesto en duda desde la invención de las cámaras. Durante mucho tiempo, la cuestión era si la fotografía era arte o no. Finalmente se decidió que la respuesta era que sí, pero ahora la pregunta es si la fotografía ha muerto o no. Hasta se hacen congresos sobre este tema. En uno de esos congresos se planteó recientemente que, aunque la fotografía podría no haber muerto, sí era muy probable que los que hubieran muerto fueran los fotógrafos. Aquí y ahora, cuando más personas que nunca han aceptado la fotografía como forma de arte, otros se preguntan si la imagen fija podrá sobrevivir en esta era de la imagen digital, de los teléfonos con cámara, de las grabaciones de vídeo de fácil acceso y de la cada vez mayor influencia de la televisión y de internet sobre el objeto fotográfico y la página impresa. ¿Es la fotografía menos especial que nunca, menos significativa, ahora que cualquier persona puede hacer una foto, que se hacen millones cada segundo y que nadie sabe si todas esas imágenes digitales van a sobrevivir o cómo lo harán? Annie Leibovitz — Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2013 Fragmento del discurso ofrecido con motivo de la entrega del Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades el 25/10/2013.
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