Premios Príncipe de Asturias 1981–2014. Discursos
9 P remios P ríncipe de A sturias 1981–2014. D iscursos Cuando el cern probaba el año pasado la existencia del bosón —recreando condiciones si- milares a las del Big Bang— fuimos testigos de la grandeza e importancia de aquellas teorías y conscientes de que habíamos accedido al mayor descubrimiento en la historia de la comprensión de la naturaleza. Aquello confirmaba, además, teorías físicas vigentes como la de la Relatividad de Einstein. Hablamos de ciencia. Pero hablamos también de una organización internacional modélica, el cern, constituida por 20 estados miembros, entre ellos España, lo que nos llena de orgullo. En sus instalaciones se han llevado a cabo algunas de las investigaciones y descubrimientos más in- teresantes de los últimos decenios, cuyas consecuencias son de alto valor social, pues su finalidad última es el conocimiento y, en definitiva, mejorar la calidad de vida de los seres humanos. Aquel espíritu que brillaba en la vida y la mente de Albert Einstein está también detrás del trabajo excelente del cern. Decía: «Vivimos en el mundo cuando amamos y solo una vida vivida para los demás merece la pena ser vivida». El español Antonio Muñoz Molina ha sido reconocido con el Premio de las Letras. Posee un lenguaje poderoso, preciso y una visión cervantina melancólica. También destaca por su sentido especial del ritmo narrativo. Leer a Muñoz Molina es una experiencia inolvidable, pues traslada a su prosa, con realismo y fuerza descriptiva, su convicción de que la literatura puede mejorar la vida de los seres humanos; de que la literatura nos salva de muchas mezquindades y nos ayuda a enfrentarnos con ánimo a lo cotidiano, con sus anhelos y con sus enigmas; de que la literatura nos alivia y nos recompensa, nos abriga y nos protege. Lo dejó escrito su admirado Primo Levi: «viviendo y luego escribiendo y meditando he apren- dido muchas cosas sobre los hombres y el mundo». Y esa forma de aprendizaje sale a cada paso en los libros de Muñoz Molina, en cada frase, con cada personaje, con la estela de pasión por la literatura que recorre sus páginas. Como afirma otro grande de las letras, el poeta portugués Miguel Torga: «dar sin pedir es el único don de los dioses al alcance de los humanos». A esa tarea se ha dedicado Antonio Muñoz Molina con generosidad y, creo, sin remedio: a entregarnos toda la grandeza de su querida Sie- rra Mágina, todo el amor por el género humano y la solidaridad con los más castigados; también todo el sentimiento de gratitud por los sacrificios de nuestros abuelos y la rabia por los fracasos. Muy humano todo, pero mágico al mismo tiempo. El Premio de Cooperación Internacional ha recaído en la Sociedad Max Planck, de Alemania, que cuenta con una red de 80 institutos de investigación científica y disfruta de una repu- tación extraordinaria. En ella trabajan e investigan, y lo han hecho a lo largo de su historia, decenas de premios Nobel. También lo hacen con brillantez algunos jóvenes científicos españoles y nuestro querido Juan Cirac, que fue premiado aquí hace unos años. Su actividad, al igual que sucede con otras instituciones de gran ciencia —como el cern—mira siempre al futuro, esencia de la investigación científica, manteniéndose fiel a una tradición con la que ha logrado un enorme respeto mundial. Los investigadores de la Max Planck saben que forman parte de una institución admirada que cuenta con instalaciones y equipamientos de primer nivel y, lo que es más importante, con una gran autonomía. Extremadamente eficiente, es además selectiva, rigurosa, exigente, flexible y van- guardista. Estas son, sin ninguna duda, las claves de la excelencia y del éxito de su trayectoria científica; una mina de conocimiento y progreso. José M.ª Olazábal ha sido galardonado con el Premio de los Deportes. Recordamos esta tarde con especial emoción, como sabemos que hace él, a Severiano Ballesteros. Ballesteros fue compa- ñero, amigo y maestro de Olazábal, quien, tras conocer el fallo del jurado, declaró lo orgulloso que se siente de unirse esta tarde a la nómina de premiados, precisamente por estar en ella también su admirado y querido Seve desde 1989. «La sociedad española está dando, una vez más, un ejemplo de madurez, de responsabilidad y de conciencia cívica que es justo reconocer y necesario valorar en muy alto grado.»
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