Premios Príncipe de Asturias 1981–2014. Discursos

3 Premiados. Fragmentos P remios P ríncipe de A sturias 1981–2014. D iscursos En nuestro caso, la actividad diaria se desarrolla en el laboratorio y casi nos hemos acostumbrado a que nuestra imaginación esté controlada por las leyes de la física y la química. Aunque bien es cierto que estas no nos impiden soñar con estructuras cristalinas y canales por los que circulan y reaccionan las moléculas. No nos impiden construir nuevas moléculas que no son solamente bellas sino también funcionales y sin las cuales no se entenderían los avances realizados en medicina. Podríamos decir que si la física nos permite comprender y explicar la naturaleza, la química es capaz de crear, permitiéndonos generar moléculas y materiales previamente inexistentes. Quisiera transmitir la idea de que la química es una disciplina global y al mismo tiempo transversal, ya que alimenta a la ciencia de los materiales, a la bioquímica, la biomedicina y a tantas otras. Nuestro objetivo último es controlar y dirigir las reacciones químicas con el fin de obtener de manera selectiva el producto deseado. Es precisamente en esta selectividad química en la que se basa la vida. Así pues, la vida sería el resultado de un gran número de reacciones químicas concadenadas. Más aún, y aunque a veces nos genere un rechazo irracional, también nuestras emociones y sentimientos más profundos son el resultado de reacciones químicas que se producen en el organismo. Sin embargo, para que las reacciones químicas puedan calificarse como exitosas, deben generar de manera selectiva la molécula objetivo. Desgraciadamente, son muy pocas las reacciones que conducen únicamente al producto deseado, produciéndose en la gran mayoría de los casos otros subproductos. Entonces, ¿cómo es posible que la multitud de reacciones químicas que tienen lugar continuamente en los seres vivos ocurran de manera tan selectiva? La respuesta a esta pregunta son las enzimas. Estas no son más que catalizadores biológicos que la naturaleza ha ido desarrollando y mejorando a través de la evolución. Los catalizadores son los responsables de aumentar la velocidad de las reacciones químicas y dirigirlas hacia la obtención del producto deseado. (…) Vivimos unos tiempos dominados por una economía, a veces deshumanizadora, en la que el objetivo casi único es obtener cada vez un mayor beneficio, exigiendo resultados cortoplacistas también a la educación y la investigación, sin tener en cuenta que el aprendizaje y generación de conocimiento transcurren por un camino largo que requiere recursos y esfuerzo continuado para recorrerlo. No podemos olvidar que el objetivo de la universidad y los centros públicos de investigación no es solamente formar buenos técnicos preparados para triunfar en el campo profesional. Lo que deseamos y pretendemos es que nuestros jóvenes alcancen una formación integral como seres humanos libres y conscientes de su responsabilidad social. Personas convencidas de que el fin último es conseguir una sociedad más justa y de que hemos heredado nuestro planeta como un préstamo que debemos transmitir a las futuras generaciones en las mejores condiciones. Avelino Corma Canós — Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2014 Fragmento del discurso ofrecido con motivo de la entrega del Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica el 24/10/2014.

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