Premios Príncipe de Asturias 1981–2014. Discursos

2 O viedo | T eatro C ampoamor | 2 de octubre de 1982 Premiados. Fragmentos Junto a tantas ficciones inventadas por mi infancia, esa de España sin miedo a la verdad, audaz en su descubrimiento y capaz de transformar la realidad, es la más antigua, la más acariciada, la más soñada, como que nació en mi niñez, cuando intentaba descifrar como signo aquella mano de Jorge Juan, en el viejo paseo de Herrera de esa ciudad industrial y marinera en que nací. Conocí tiempos de indiferencia cultural y tiempos de grande esperanza. Ahora, en mi vejez, he palpado, palpo todos los años, ese milagro de acercamiento de la Suprema Magistratura del país a los que piensan, a los que sueñan, a los que crean, y lo tengo por la más estupenda novedad histórica traída por la Monarquía. Majestad, esos hombres de las ciencias, de las artes, de la literatura, llevan en sus mentes el futuro. Y el futuro lo será Vuestra Alteza, el Príncipe de Asturias. En el viejo ceremonial bizantino, se decía a los basileos: «Para vosotros, años innumerables». Yo se lo digo a los nuestros. Pero un día, Alteza, la antorcha quedará en vuestras manos. Deseo ardientemente que sea entonces realidad lo que en este momento es solo un sueño. Con esta esperanza doy fin a mis palabras. Gonzalo Torrente Ballester — Premio Príncipe de Asturias de las Letras 1982 © de los herederos — Fragmento del discurso ofrecido con motivo de la entrega del Premio Príncipe de Asturias de las Letras el 2/10/1982.

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