1990–2014 - Premio al Pueblo Ejemplar de Asturias. XXV ANIVERSARIO
231 1993 | C omunidad vecinal de G randas de S alime La lejanía de la patria a la que me obligan mis estudios no significa en modo alguno que esté ausente de los problemas que vive España y de los que de manera especial afectan a Asturias. Sé hasta qué punto la crisis económica, industrial y la del campo os afecta, llevando la inseguridad y la angustia de la pérdida de puestos de trabajo a tantos hogares, la incertidumbre a muchos empresarios y sombríos horizontes de futuro para la juventud. El trabajo es un bien protegido por la Constitución. No solo es fuente de creación de riqueza: es el fundamento de la libertad y de la dignidad de los ciudadanos, fermento de la integración social y sustancia imprescindible para una vida digna. Desde los pequeños pueblos también se puede hacer mucho para que vuelva la esperanza, a la que nunca renunciamos. La capacidad de sacrificio, la austeridad y la fe en que el trabajo es fuente de toda prosperidad es consustancial a los habitantes del campo. En estas tierras del occidente se ha sabido vivir durante siglos de pequeñas cosas: de la actividad de los mazos, serrerías, molinos, de pequeñas explotaciones agrícolas, de incipientes canales de comercialización que llevaban los productos de aquí hasta lugares lejanos. La sabiduría de los asturianos para ir desde esas pequeñas cosas hacia lo grande, su espíritu emprendedor, su ímpetu para afrontar las más duras dificultades y la claridad de su mente para analizar las circunstancias son los más sólidos cimientos para la esperanza.
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