Trayectoria
William Kentridge nació el 28 de abril de 1955 en Johannesburgo (Sudáfrica). Sus padres ejercieron como abogados especializados en las víctimas del apartheid. Sir Sydney Kentridge desempeñó un papel destacado en juicios como The Treason Trial, ocupándose de la defensa de Nelson Mandela. Esta circunstancia determinó su formación universitaria antes de dedicarse al arte.
Kentridge estudió Ciencias Políticas y Estudios Africanos en la Universidad de Witwatersrand, donde se graduó en 1976. Posteriormente, se matriculó en Bellas Artes en la Fundación de Arte de Johannesburgo. En los años ochenta se trasladó a París para estudiar teatro en la Escuela Internacional de Teatro Jacques Lecoq y trabajó como director artístico en series de televisión, antes de comenzar a crear animaciones a partir de sus propios dibujos. Desde los años noventa ha combinado la práctica del dibujo con el cine y el teatro, convirtiéndose en un artista multidisciplinar que ha cultivado, además, la escenografía, el collage, el grabado, la escultura y el videoarte.
Creador meticuloso y profundo, William Kentridge ha elegido el dibujo como vehículo expresivo de emociones y metáforas relacionadas con la historia y la realidad sociopolítica sudafricana. Se dio a conocer fuera de su país tras su participación en la feria Documenta X de Kassel (Alemania, 1997) y en las bienales de São Paulo (Brasil, 1998) y Venecia (Italia, 1999). Desde entonces, sus dibujos animados o “películas dibujadas”, como las denominan algunos especialistas, han recorrido las salas de los centros de arte más prestigiosos del circuito internacional. A diferencia de otras técnicas de animación, la suya consiste en la filmación de dibujos que modifica una y otra vez, borrando y añadiendo trazos de inspiración expresionista, según los expertos, por medio de una paleta monocroma con ligeros toques de pastel azul o rojo.
Los grabados de las denominadas series Pit, casi treinta monotipos o impresiones únicas realizadas en los años setenta, y de las llamadas Domestic scenes, cincuenta grabados de pequeño formato producidos en los ochenta, construyeron la base sobre la que giran sus carboncillos y animaciones posteriores. Entre ellas, Johannesburg: 2nd greatest city after Paris (1989) y Felix in exile (1994) destacan por la introducción de dos personajes, Soho Eckstein y Felix Teitlebaum, con los que plasma el sufrimiento, la dominación, la culpa, el tiempo y la memoria, temas protagonistas de su obra. En obras como Automatic writing (2003), el autorretrato y las referencias autobiográficas son habituales.
A partir de 2003, Kentridge comenzó a interesarse por la escultura y la videoinstalación y a incluir referencias al teatro, la ópera y el cine en sus nuevos trabajos. En la última década ha mostrado su producción artística en el MoMA (Nueva York), que le dedicó una retrospectiva en 2010, el Albertina Museum (Viena), el Louvre (París) y el Museo de Bellas Artes de Budapest, entre otros museos. En 2016 fundó en Johannesburgo el centro Less Good Idea, un espacio destinado a la creación artística de proyectos multidisciplinares.
Obras
Reconocimientos
Galardonado con el Kyoto Premium (Japón, 2010) y el Dan David Prize (Israel, 2012), Kentridge es miembro honorario de la Academia Americana de las Artes y las Letras y doctor honoris causa por las universidades de Yale (Estados Unidos) y Ciudad del Cabo (Sudáfrica). En 2013 fue nombrado Caballero de las Artes y las Letras de Francia.
Acta del jurado
Reunido en Oviedo el Jurado del Premio Princesa de Asturias de las Artes 2017, integrado por Bárbara Allende Gil de Biedma, Juan Manuel Bonet Planes, José Luis Cienfuegos Marcello, Oliver Díaz Suárez, Josep María Flotats i Picas, Carmen Giménez Martín, Blanca Gutiérrez Ortiz, Catalina Luca de Tena y García-Conde, Joan Matabosch Grifoll, Elena Ochoa Foster, Alfredo Pérez de Armiñán y de la Serna, Sandra Rotondo Urcola, Emilio Sagi Álvarez-Rayón, Patricia Urquiola Hidalgo y Carlos Urroz Arancibia, presidido por José Lladó Fernández-Urrutia y actuando de secretario José Antonio Caicoya Cores, ha acordado conceder el Premio Princesa de Asturias de las Artes 2017 a William Kentridge, uno de los artistas más completos e innovadores del panorama internacional.
De nacionalidad sudafricana, ha expresado en su obra emociones y metáforas relacionadas con la historia y la realidad de su país, que trascienden, sin embargo, estas últimas, y plantean cuestiones esenciales de la condición humana, combinando temas en que predomina la investigación puramente poética y estética con los de contenido sociopolítico. Se trata, por tanto, de un artista profundamente comprometido con la realidad.
Creador meticuloso y profundo, ha utilizado el dibujo, siguiendo la mejor tradición, como principal instrumento de expresión artística, a través no solo de las obras sobre papel, el collage, el grabado y la escultura, sino también del videoarte, las películas animadas, las instalaciones y la escenografía, tanto en teatro como en ópera. En la última década ha recibido el reconocimiento de grandes museos como el Louvre y el Museo de Arte Moderno de Nueva York, con exposiciones celebradas en ellos sobre el conjunto de su obra, que representa la contribución más destacada del continente africano a la creación artística contemporánea con proyección mundial.
Oviedo, 4 de mayo de 2017