Premios Príncipe de Asturias 1981–2014. Discursos

2 O viedo | T eatro C ampoamor | 24 de noviembre de 1994 A pesar de los grandes obstáculos y problemas a los que ha de enfrentarse la Autoridad Nacional Palestina, en especial aquellos relacionados con la reconstrucción de la infraestructura, destruida a lo largo de los años de ocupación, hemos podido establecer las bases de la Autoridad Palestina; nuestras instituciones y ministerios han comenzado a ejercer sus funciones y dirigir los asuntos de los ciudadanos, aplicando los programas del futuro, y además, cumpliendo sus tareas en los aspectos relativos a la seguridad y el orden, estableciendo una sociedad democrática. Todo esto indica que el pueblo palestino ha optado por la paz como objetivo estratégico y desea establecer los cimientos de una paz basada en la justicia e indica la decisión de nuestro pueblo palestino en autoconstruirse y construir su patria. Señoras y señores: Nosotros miramos hacia adelante, hacia el futuro, con corazones llenos de esperanza y decididos a hacer de esta tierra, nuestra patria sagrada, un oasis de fe, paz, estabilidad, libertad y bienestar. Uno de los medios más importantes para reforzar la paz y garantizar su continuidad, hasta lograr sus objetivos, consiste en posibilitar al pueblo palestino la elección de sus representantes y parlamentarios libremente, a través de unas elecciones limpias, con la supervisión internacional, para que estos representantes del pueblo puedan ejercer sus responsabilidades libremente y para que puedan cumplir las difíciles funciones que les esperan. El proceso electoral está relacionado con el proceso de entrega de competencias en el resto de los territorios palestinos, de lo que deriva la necesidad urgente y básica de completar la ejecución de la Declaración de Principios palestina- israelí y el Acuerdo de El Cairo, para poder extender la estructura de la Autoridad Nacional Palestina a todos los territorios palestinos. El lugar especial y único que ocupa Jerusalén en los corazones de todos los palestinos, musul- manes, cristianos y judíos, me empuja a referirme a ella en esta tribuna, para que trabajemos todos, palestinos e israelíes, musulmanes, cristianos y judíos, reforzando la importancia sagrada de Jerusalén y convertirla en centro de radiación de paz, convivencia y esperanza. El progreso del proceso de paz debe reflejarse en la vida cotidiana de nuestro pueblo palestino; es necesario que el hombre palestino sienta el cambio para que aumente su apoyo y su impulso al proceso de paz. Señoras y señores: Nuestra esperanza es muy grande, para que la sociedad internacional empiece a cumplir sus responsabilidades éticas, morales, políticas y humanas hacia nuestro pueblo, que ha sufrido y sigue sufriendo muchas y duras dificultades; y para que se intensifiquen y se aceleren los esfuerzos de la reconstrucción de la infraestructura, posibilitándonos garantizar una vida mejor para nuestro pueblo palestino que aspira a tener un futuro próspero y estable para las generaciones venideras y para que nuestro pueblo pueda vivir tranquilo y libre, como los demás pueblos del planeta, y convivir en base a la justicia, la democracia, la igualdad y la dignidad nacional y humana. Yaser Arafat — Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional 1994 Presidente de la Autoridad Nacional Palestina desde 1996 a 2004. Desde 2001 vivió bajo arresto domiciliario. — Fragmento del discurso ofrecido con motivo de la entrega del Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional el 24/11/1994.

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