Premios Príncipe de Asturias 1981–2014. Discursos

4 O viedo | T eatro C ampoamor | 24 de octubre de 2003 ¿Por qué tenemosmiedo al extranjero? Porque tememos que nos agreda y nos lastime. Todos tenemos miedo al cowboy porque si un desdichado extranjero se acerca a sus fronteras, automáticamente saca sus revólveres. Sin embargo, no tenemos miedo a Simbad el Marino porque en los Cuentos de las mil y una noches , los ouççaç (narradores públicos) contaban, en el Bagdad del siglo ix, que la suerte de poder viajar a islas lejanas y comunicarse con los extranjeros le daba placeres y beneficios. En la civilización del cowboy el extranjero siempre es el enemigo porque el poder y la gloria proceden del control de las fronteras; en la de Simbad, sin embargo, el diálogo con el extranjero enriquece. Simbad es lo contrario de un emigrante. Siempre regresa a su punto de partida, que es Bagdad. En sus siete viajes, sale en barca de Bagdad, Tigris abajo, hasta el puerto de Basora, desde donde parte, cuando el monzón sopla de occidente a oriente, a bordo de navíos, repletos de mercaderes árabes o persas, que surcan el Océano Índico hasta los puertos de las islas de Malasia, Indonesia y China. Simbad, y los mercaderes que lograban sobrevivir a los naufragios, permanecían en los puertos asiáticos seis u ocho meses, esperando la estación en la que el monzón fuera favorable y soplara del este hacia el oeste. Pero Simbad no era una mera ficción, representaba a una clase de mercaderes de Bagdad que obtenía riqueza y placer de los viajes y de la comunicación con el extranjero. Fatema Mernissi — Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2003 Fragmento del discurso ofrecido con motivo de la entrega del Premio Príncipe de Asturias de las Letras el 24/10/2003.

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