Premios Príncipe de Asturias 1981–2014. Discursos

11 P remios P ríncipe de A sturias 1981–2014. D iscursos la rutina y los ha alejado de la violencia y la desesperanza que tantas veces emergen de la sociedad. La obra de Rowling se ha convertido de este modo en un fenómeno sociológico y humano sin pre- cedentes en la cultura de nuestro tiempo, con el que vemos hecha realidad la máxima del clásico: «Con la concordia crecen las cosas pequeñas, con la discordia se hunden las más grandes». El Premio de Cooperación Internacional ha sido concedido al Excmo. Sr. presidente de la Re- pública Federativa de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, por el ejemplo de su propia vida, por la for- ma pacífica y dialogante con que lleva a cabo sus ideales políticos, por su empeño comprometido en que la ética y la política sean inseparables de su actividad pública. El programa urgente contra el hambre en su país, su idea de un mundo en el que los modelos de desarrollo vayan orientados de modo preferente en beneficio de los más necesitados, la valentía y la prudencia de sus propuestas, constituyen una gran esperanza, pues, como ha afirmado Kapuś- ciński, la historia nos enseña con claridad que «no podemos ir hacia el futuro tomando atajos». En un tiempo en que la búsqueda del éxito fácil e inmediato tienta a la juventud, la biografía de Lula da Silva supone un altísimo ejemplo para todos, con sus primeros años vividos en el arra- bal de la miseria y de la desesperanza, a las que no sucumbió por su valerosa resistencia contra la adversidad, por su energía vital, por su gran corazón y por el optimismo y la fuerza de sus sueños. Señor presidente: A mediados del siglo pasado, su gran país deslumbró, como a todos los que lo hemos visto por primera vez, al gran escritor judío Stefan Zweig, que buscaba refugio en América cuando Europa estaba a punto de sucumbir a la vieja barbarie de la guerra. Brasil le arrebató el ánimo por su grandiosidad y hermosura, y sobre todo por la armoniosa convivencia entre las diferentes razas que lo pueblan. «Allí — escribió Zweig admirado—, el hombre no ha sido separado del hombre por absurdas teorías de sangre, raza y origen». Y agregó que allí, «con ojos felices ante las mil formas de la belleza de aquella nueva naturaleza, vi el futuro». Hoy, señor presidente, Brasil ha alcanzado un nivel de de- sarrollo muy apreciable que confirma el pronóstico de quien lo observó entonces con tanta emoción, pero aún no ha podido resolver enormes problemas causados por los desequilibrios sociales. Ahora, con su inspiración y con el apoyo de su pueblo, ese admirado país se empeña en proseguir por el ilusionante camino del progreso, bajo el signo de la justicia y contra la exclusión social. Este programa, su programa, no puede sino conmover a las personas de buena voluntad. Por ello, puede estar seguro de que encontrará siempre en nosotros solidaridad y ayuda para que el futuro que intuyó aquel gran escritor, y que todos anhelamos para Brasil, sea una feliz realidad lo antes posible. Señoras y señores: Finaliza ahora este acto solemne de la entrega de nuestros premios con los que España expresa su hospitalidad, su alma generosa, su admiración por la extraordinaria obra de los premiados; y ello es así porque sabe, desde el alba de su historia, que donde habita el amor por la cultura están rotas para siempre las cadenas de la ignorancia, de la oscuridad, del miedo. Celebramos esta edición en el mismo año en que conmemoramos también el vigésimoquinto aniversario de nuestra Constitución, que nació para que España fuera un lugar entrañable para la convivencia pacífica de nuestra enriquecedora pluralidad de culturas y sentimientos, y nunca espacio para la división, la insolidaridad o la discordia. Bajo su amparo y guía, España ha liberado lo mejor de sí misma y ha desplegado, con extraor- dinaria vitalidad, muchas de sus grandes posibilidades y lo más esencial de sus recursos humanos, entre los que destaca, por su importancia, la integración de la mujer en todos los ámbitos de la vida social, de los que tan injustamente había estado excluida. Nos enorgullece ver a nuestra patria abierta y moderna, europea, situada de nuevo a la altura de su tiempo, capaz de adaptarse a los insoslayables cambios del vivir humano, de afrontar con «Nos alegra que nuestros premios no solo reconozcan las obras que son fruto de una vida dilatada, sino que también se arriesguen a poner de relieve las que brotan del impulso creador de la juventud.»

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