Premios Príncipe de Asturias 1981–2014. Discursos

12 O viedo | T eatro C ampoamor | 24 de octubre de 2003 serena fortaleza los problemas que inevitablemente irrumpen en la existencia de toda comunidad y aprovechar las oportunidades de progreso que se le ofrecen. Nos ilusiona también contemplarla en vanguardia de la creación cultural y de la defensa de los derechos humanos, acogedora y fraterna, y reconocerla, conmovidos, como el lugar donde senti- mos la cálida cercanía de la compasión y de la esperanza. Nunca antes España ha sido más libre, más próspera, más capaz y admirada que en esta época iluminada por nuestra ley de leyes. Ha vuelto a ser ante el mundo una gran nación cuya historia es imprescindible para entender la historia de la humanidad. Por eso, en este día tan querido para mí, quiero tener un recuerdo, impregnado de honda gratitud, para quienes hicieron posible nuestra Carta Magna y para los que sacrificada y leal- mente la han desarrollado y aplicado. Para aquellos que, tras he- redar una sociedad marcada por la guerra, tuvieron la nobleza de ánimo y la generosidad necesarias para hacer, de las Españas que helaban el corazón del gran poeta, la España democrática en que vivimos; todos ellos contribuyeron con lucidez y altura de miras a esa hermosa y noble tarea de la reconciliación. Con esos mismos sentimientos recuerdo también, con especial emoción, a quienes, víctimas de la in- tolerancia y del terrorismo, han perdido sus vidas defendiendo su libertad y la libertad de todos. De ese espíritu de concordia nació esta Fundación y, con ella, la maravillosa aventura de sus premios. Una aventura que renovamos cada año y que es más hermosa aún por tener su origen en Asturias, en estas tierras de cimas tan altas como los vuelos de su espíritu. Muchas gracias. «Donde habita el amor por la cultura están rotas para siempre las cadenas de la ignorancia, de la oscuridad, del miedo.»

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