Premios Príncipe de Asturias 1981–2014. Discursos

9 P remios P ríncipe de A sturias 1981–2014. D iscursos importante de un universo intelectual y estético, haciendo de él un referente de la mejor creación cinematográfica en España. Este galardón a Pedro Almodóvar expresa el alto reconocimiento a un gran director de cine ya consagrado y sirve de aliento a los empeños e ilusiones de tantos jóvenes profesionales del séptimo arte en nuestro país. Se ha concedido este año el Premio de Investigación Científica y Técnica al físico español Juan Ignacio Cirac Sasturáin. Se reconoce de este modo la tarea extraordinaria de este joven y destacado profesor, experto en computación cuántica, que en la actualidad dirige el Departamento de Óptica Cuántica del Instituto Max Planck, en la República Federal de Alemania. Nos satisface especialmente saber que su candidatura ha sido apoyada, entre otros eminentes científicos, por cinco premios Nobel de Física, que han destacado la admiración que sienten por su trabajo, el prestigio internacional conseguido con sus investigaciones de vanguardia y su liderazgo mundial en el revolucionario campo de la información cuántica, una nueva ciencia para el siglo xxi. Sus trabajos sobre el procesador cuántico a gran escala en cualquier sistema físico han tenido un enorme impacto y han impulsado a muchos laboratorios a iniciar experimentos en este inno- vador campo científico. Él mismo ha dicho que «el ordenador cuántico revolucionará el mundo de la información» al permitir una mayor eficacia y seguridad en la comunicación y en el tratamiento de datos. Cirac asimismo investiga sobre otros campos de vanguardia, que servirán para avanzar en la mejora de la calidad de vida de los seres humanos. Su ejemplo enaltece y anima a todos los que aman la ciencia y supone un estímulo para los investigadores de nuestro país, a los que desde aquí alentamos a perseverar en su trabajo. Su des- tacada labor, su juventud y la dimensión de sus conocimientos nos invitan a seguir consolidando un futuro mejor para la ciencias y la investigación en España, cada vez con mayor aprecio y apoyo en la sociedad como uno de los factores determinantes para nuestro progreso económico y social. El Premio de las Letras de este año se ha concedido al novelista estadounidense Paul Auster cuya obra —que no ha rehuido el acercamiento a la poesía, la crónica o el cine— constituye un análisis agudo y penetrante de lo que el autor entiende como la incoherencia existencial y las limi- taciones del hombre de hoy. Paul Auster es un nombre clave en la renovación de la literatura de nuestro tiempo. Con una portentosa imaginación, ha construido con sus obras un universo único, en el que el azar, como elemento fundamental del misterio, lleva al lector hacia un mundo de sorpresas, de casualidades, de reacciones imprevistas y casi siempre extraordinarias, que, al mismo tiempo, humanizan a los personajes, transformándolos en seres sensibles y realistas. La característica esencial de su obra es el tratamiento de temas eternos y universales, como la soledad, la contingencia del ser humano o la muerte, gracias a un discurso en absoluta libertad. Con sabia maestría y con inteligencia, Auster —para quien escribir es siempre una gran aventu- ra— ha conseguido transmitir sus preocupaciones y sus deseos, contándonos historias cargadas de misterio e incluso de elementos inverosímiles. Paul Auster sitúa sus narraciones con frecuencia en la ciudad de Nueva York, como metáfora universal de la vida de nuestro tiempo y escenario de vidas terriblemente frágiles. Una fragilidad que él considera moralmente obligatorio recordarnos sin cesar. Son vidas que despiertan la compasión del lector, quien se identifica con ellas y se ve irremisiblemente empujado hacia el placer de la lectura. El Premio de Ciencias Sociales recompensa a una dama irlandesa, Mary Robinson, expresiden- ta de su país, profesora de Derecho, promotora del Tribunal Penal Internacional, ex alta comisiona- da de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y, en la actualidad, presidenta del Proyecto Iniciativa para una Globalización Ética. Representa a una tierra antigua y hermosa, Irlanda, con la que España mantiene un hondo vínculo cultural y una estrecha amistad desde hace tantos siglos; desde muy remotos orígenes, si atendiéramos a una leyenda antigua. Su labor se ha distinguido por un rasgo especialmente significativo: su compromiso perma- nente con los valores de la cultura y con el esfuerzo tenaz para extender los derechos humanos en

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