Premios Príncipe de Asturias 1981–2014. Discursos

12 O viedo | T eatro C ampoamor | 23 de octubre de 2009 desempleados puedan reincorporarse cuanto antes a la vida laboral. En España, además, la crisis nos muestra que necesitamos nuevas bases para crecer y generar empleo, que hagan posible que los ciudadanos puedan desarrollar sus vidas y las de sus familias con dignidad, seguridad y confianza en el futuro. Este nuevo escenario ante el que nos encontramos sitúa a España y a las demás naciones con las que compartimos creencias y valores ante una encrucijada. Sabemos, y así lo hemos aprendido de las inagotables lecciones de nuestra historia, que las mayores esperanzas y también los mayores logros nacen de las más grandes dificultades. España ha demostrado con creces en las últimas décadas cómo superar de forma ejemplar múltiples retos y tengo plena confianza en la capacidad que tenemos los españoles para construir un futuro más sólido y más equitativo, de prosperidad y bienestar, que todos anhelamos. Para ello, debemos aplicar a esa tarea lo mejor de nosotros mismos. Llevemos a cabo una re- flexión colectiva, sincera y profunda, sobre nuestros desafíos y prioridades, sobre nuestras fortale- zas y nuestras debilidades. Hagamos ese camino sin esperar que sean otros los que resuelvan lo que a nosotros nos corresponde afrontar y volquemos, en ese esfuerzo individual y colectivo, toda nuestra capacidad de emprender; nuestra capacidad de imaginar y de innovar. Sin miedo y con la mirada puesta en el futuro, conscientes, como se ha dicho, de que «el presente es solo un instante del pasado»; apoyémonos en los valores imperecederos que aquí tantas veces hemos proclamado: el esfuerzo y el sacrificio, la to- lerancia y el respeto mutuo; el saber y la cultura; el compromiso solidario. Trabajemos, en fin, cohesionados, codo con codo, hombro con hombro, con espíritu construc- tivo, con confianza e ilusión. Y forjaremos así una esperanzadora voluntad compartida en la que, salvando las legítimas diferencias, prevalezca la generosidad, el sentido de la responsabilidad y por encima de todo, el interés general. Inspirémonos en esos principios y situemos a España en el lugar que le corresponde en ese nuevo mundo que se está configurando en los albores del siglo xxi. Es nuestra responsabilidad. Es la responsabilidad de todos. Es lo que los españoles demandan y lo que juntos, sin duda, con- seguiremos. Muchas gracias a todos. «Situemos a España en el lugar que le corresponde en ese nuevo mundo que se está configurando en los albores del siglo xxi . »

RkJQdWJsaXNoZXIy NzU1NzQ=