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Acto de constitución

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La fecha del 24 de septiembre de 1980 tiene un especial significado para esta institución, ya que ese día, en el Hotel de la Reconquista de Oviedo, y en presencia del entonces Príncipe de Asturias, actual Rey Felipe VI, a quien acompañaban sus padres, Sus Majestades los Reyes Don Juan Carlos y Doña Sofía, se procedió a la firma del Acta constitutiva de la Fundación.

S.M. el Rey Don Juan Carlos I y S.A.R. el Príncipe de Asturias, con el entonces director de la Fundación y algunos miembros del Patronato.
S.M. el Rey Don Juan Carlos I y S.A.R. el Príncipe de Asturias, con el entonces director de la Fundación y algunos miembros del Patronato.

En el Salón Covadonga de aquel Hotel, el presidente de la Caja de Ahorros de Asturias, don Adolfo Barthe Aza, que presidía la Comisión Gestora de la Fundación, abrió el solemne acto agradeciendo la presencia de los miembros de la Familia Real, para quien deseó que «la Fundación sea, desde ahora, su segunda casa».

Acto de constitución de la Fundación Príncipe de Asturias.
Acto de constitución de la Fundación Príncipe de Asturias.

A continuación, el notario don José Antonio Caicoya Cores leyó un extracto de la Carta Fundacional, subrayando los fines de la misma, entre los que cabe destacar la vinculación de la persona del Heredero de la Corona con la región asturiana, para terminar comunicando a todos los presentes que S.A.R. Príncipe de Asturias había aceptado la propuesta de ser nombrado Presidente de Honor de la Fundación. El profesor don Emilio Alarcos Llorach, miembro de la Real Academia de la Lengua y catedrático de la Universidad de Oviedo, explicó seguidamente, en nombre de la Fundación, en qué consiste y qué puede esperarse de ella, pidiendo a todos aunar esfuerzos dispersos y conducirlos a los fines pretendidos.

El profesor Alarcos incluyó en su intervención interesantes reflexiones acerca del carácter del asturiano.

"La tierra de Asturias es ámbito propicio a entusiastas empresas. Pero también es tierra en que las jubilosas alharacas iniciales se apagan insensiblemente con mayor o menor rapidez, bien por las reacciones adversas del incrédulo entorno, bien por el puro cansancio paulatino de los promotores. Esperemos que no suceda así con la Fundación. Los deseos ilusionados de sus creadores pretenden no verse sumergidos en las habituales aguas muertas de la abulia, de la envidia, de la inercia, del desencanto. Para ello hay que aunar el esfuerzo disperso de tantas personas y conducirlo prudentemente al fin que se propugna: el desarrollo cultural de las gentes hispánicas. Porque si la Fundación es asturiana, la sazón de sus frutos no ha de limitarse al territorio de Asturias, sino que, huyendo del localismo angosto de campanario, deberá alcanzar a todas las áreas hispánicas. He aquí dos rasgos típicamente asturianos: nadie más satisfecho de su propio terruño y de sus propias tradiciones que el asturiano, pero nadie menos dispuesto a que su proyección quede reducida a la región originaria. El asturiano, como se dijo de Clarín, es un provinciano universal".

El teniente general y miembro de la Real Academia de la Lengua, don Manuel Díez Alegría, tomó la palabra a continuación para pronunciar la lección magistral. Según indicó, se había escogido el momento exacto para crear la Fundación Príncipe de Asturias.

"A lo largo de la historia --dijo-- Asturias, que calladamente y sin interrupción mantuvo sus valores humanísticos, viene esporádicamente a proyectarlos en el más amplio marco de nuestra Patria, y este hecho se produce especialmente en las épocas que podemos calificar como de transición".

"Podéis estar seguro, joven Señor, que al aceptar la presidencia de honor de la Fundación que se ampara bajo el nombre de vuestro Principado, habéis subido un peldaño más en el corazón de los asturianos, que ven en ello una nueva raíz que más fuertemente a nosotros nos une, y bajo tan alto patronazgo confiamos fundadamente que, al cumplir los fines que la originan, nuestra región, tan llena de fundamentos históricos singulares, ha de sentirse otra vez dichosa contribuyendo a la cultura hispánica, ya que en España puso siempre todos sus anhelos y todos sus deseos de grandeza".

A continuación, S.M. el Rey Don Juan Carlos levantó la sesión, dando por finalizados los actos protocolarios de la constitución de la Fundación Príncipe de Asturias. Posteriormente, los entonces Reyes de España y S.A.R. el Príncipe de Asturias asistieron a una cena ofrecida por la Fundación, a la que asistieron numerosas personalidades nacionales, hispanoamericanas y de la región asturiana. Como colofón de esta jornada, se celebró un acto musical en el que intervinieron la Orquesta Universitaria, el tenor Joaquín Pixán acompañado del pianista Vázquez del Fresno y el Coro Universitario de Oviedo.

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