Galardonados
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Comunidad vecinal de Grandas de Salime (1993)
Grandas de Salime es un concejo del interior de la Comarca Occidental del Principado de Asturias. Cuenta con una población de aproximadamente1.075 habitantes, distribuida en siete parroquias: Grandas de Salime, A Mesa, Nogueira, Penafonte, Trabada, Villarpedre y Vitos. El embalse de Salime, edificado sobre el río Navia e inaugurado en 1954, es en la actualidad uno de los símbolos de la comarca. La presa tiene una altura de 132 metros y la cola del embalse alcanza los 36 Km. Varios miradores permiten magníficas vistas sobre el embalse, que es apto para la navegación. De la historia de su construcción dan testimonio los relieves en granito y las pinturas de la Sala de Turbinas de la Central, obra de Joaquín Vaquero Palacios y Joaquín Vaquero Turcios. Asimismo, el concejo alberga un diverso patrimonio etnográfico y cultural, cuyos elementos fundamentales son el Museo Etnográfico, el yacimiento del Chao Samartín y la Colegiata de El Salvador.
El Museo Etnográfico de Grandas de Salime, erigido en la antigua Casa Rectoral, fue inaugurado en 1989 por iniciativa de José María Naveiras Escanlar, conocido como “Pepe el Ferreiro”. Se trata de un museo vivo, artesanal, que exhibe manifestaciones de la vida tradicional de la zona, así como materiales procedentes de otros concejos de Asturias y de distintas regiones españolas y de Europa. Las excavaciones del Chao Samartín comenzaron oficialmente en 1990, poniendo al descubierto un extraordinario poblado castreño cuyo origen se remonta a la Edad del Bronce. Durante la Edad del Hierro, el castro sufrió numerosas transformaciones y en la época romana se convirtió en capital administrativa. Un terremoto destruyo el castro a mediados del siglo II d.C. Gracias a los descubrimientos aportados por las investigaciones arqueológicas ha sido posible la apertura de un museo, con el objetivo de ilustrar el origen y evolución de los poblados fortificados del occidente de Asturias. La exposición permanente reúne piezas procedentes en su mayor parte del Chao Samartín pero también de otros yacimientos de la comarca como Os Castros de Taramundi o Monte Castrelo de Pelou. La Colegiata de El Salvador data del siglo XII, época de la que se conserva la antigua portada románica en el interior del templo. También se conservan la pila del agua bendita y dos gárgolas. El retablo principal, coronado por el Salvador, es del siglo XVII.
Reunido en Oviedo el Jurado del Premio al Pueblo Ejemplar de Asturias1993, integrado por D. José Manuel Carballo González, D. Efrén Cires, D. Manuel Fernández de la Cera, D. Felipe Fernández, D. Obdulio Fernández, D. Carlos García Morilla, D. Joaquín Manzanares, D. GuillermoMañana, D. Ramón Menéndez Chaves, Dª. María Cruz Morales, D. Juan RamónPérez las Clotas, D. Ignacio Quintana, presidido por D. Francisco TueroBetrand y actuando de secretario D. Adolfo Barthe Aza, acuerda por unanimidad conceder el Premio al Pueblo Ejemplar de Asturias 1993 a la Comunidad Vecinal de Grandas de Salime.
Situada en el ala occidental de Asturias, comarca del alto Navia, tierra de transición entre el Principado de Asturias y Galicia, es poseedora de unas características geográficas y humanas muy específicas, y de antiguas tradiciones populares que se reflejan en un rico y variado folclore.
La Comunidad Vecinal de Grandas y su comarca se ha hecho merecedora del Premio al Pueblo Ejemplar de Asturias 1993 por sus reiteradas iniciativas y apoyos materiales encaminados a la conservación del patrimonio histórico-artístico y etnográfico de la zona, a las que han sido especialmente sensibles las gentes de esta área geográfica.
Entre las obras en las que este protagonismo vecinal ha sido decisivo cabe señalar como más importantes la rehabilitación de la Colegiata románica de San Salvador, paso obligado en la ruta asturiana del Camino de Santiago, y la contribución al desarrollo de las excavaciones arqueológicas de Castro.
Especial mención merece también la creación del Museo Etnográfico de Grandas de Salime y su constante enriquecimiento y desarrollo, lo que le ha llevado a ser un expresivo ejemplo de museo vivo.
El Jurado acordó también hacer pública mención de los finalistas, Museo Marítimo de Asturias, en Luanco, y las localidades de Campañones y Piles, en el concejo de Corvera.
Oviedo, 13 de septiembre de 1993
La iniciativa de la Fundación -que comparte con generosidad el gobierno del Principado-, de crear el Premio al Pueblo Ejemplar me permite cada año ir cumpliendo mi deseo muy sentido de conocer Asturias y de fundirme con los asturianos.
Llego así por primera vez a la parte más occidental del Principado -casi a la frontera con la también muy querida Galicia-, llego a Grandas de Salime, ilusionado por conocer la obra que el jurado del Premio al Pueblo Ejemplar, a quien agradezco su delicada y comprometida tarea, ha decidido galardonar.
Vengo también a conocer a las personas que han hecho posible esta distinción, a todos los habitantes de este pueblo en el que conviven en gozosa armonía el ayer y el hoy en el marco de una naturaleza espléndida en belleza.
Sois un ejemplo para todos de lo que es preciso hacer en los pueblinos y villas de nuestra querida Asturias para embellecerlos, conservarlos y para animar iniciativas que los hagan prósperos; para que continúen siendo recinto entrañable de lo mejor de vuestro carácter, raíz profunda de vuestra historia y signo y alma del amor de los asturianos por su tierra.
El Jurado ha valorado de manera especial vuestro apoyo a los trabajos de investigación que se realizan en Castro, cuyos resultados se están revelando muy importantes para la comprensión más rigurosa de la cultura castreña y para el estudio de la romanización en Asturias.
También quiso el Jurado destacar el esfuerzo solidario que habéis hecho para la rehabilitación de la Iglesia de San Salvador, regazo de peregrinos a Santiago y testigo durante siglos de la fe y de las alegrías de vuestro pueblo, así como la creación del Museo Etnográfico donde se guardan y exhiben muestras de las tradiciones, formas de vida y cultura popular de esta comarca.
Todo ese esfuerzo común, toda esa estima afectuosa por conservar el legado de vuestros padres, os engrandece.
Quiero resaltar la iniciativa y el tesón de vuestro convecino José Naveiras para aunar voluntades que dieron como fruto la creación del Museo Etnográfico. Los miles de visitantes que han acudido a admirarlo son el mejor exponente de su éxito.
El aprecio por la cultura y por la historia propias debe ser cultivada desde los primeros estudios pues para amar es preciso conocer. Por eso animo a las maestras y maestros de nuestras escuelas y a los profesores de nuestros institutos para que enseñen a sus alumnos la historia y la riqueza del patrimonio cultural de nuestro Principado.
Sabéis que los árboles que más alto vuelan tienen las raíces más profundas. Sin estas raíces y sin vuestra pasión por la libertad y por el afán de abrir nuevos horizontes, los asturianos no habríais aportado a la historia de España y a los países de la otra orilla del Atlántico tanta riqueza espiritual y material.
La lejanía de la patria a la que me obligan mis estudios no significa en modo alguno que esté ausente de los problemas que vive España y de los que de manera especial afectan a Asturias. Sé hasta qué punto la crisis económica, industrial y la del campo os afecta, llevando la inseguridad y la angustia de la pérdida de puestos de trabajo a tantos hogares, la incertidumbre a muchos empresarios y sombríos horizontes de futuro para la juventud.
Todos debemos unir nuestras fuerzas, cooperar solidariamente, para atenuar las lesiones que causa el paro en nuestra sociedad y que son origen de calamidades y de marginación para muchas personas.
El trabajo es un bien protegido por la Constitución. No sólo es fuente de creación de riqueza: es el fundamento de la libertad y de la dignidad de los ciudadanos, fermento de la integración social y sustancia imprescindible para una vida digna.
Desde los pequeños pueblos también se puede hacer mucho para que vuelva la esperanza, a la que nunca renunciamos. La capacidad de sacrificio, la austeridad y la fe en que el trabajo es fuente de toda prosperidad es consustancial a los habitantes del campo. En estas tierras del occidente se ha sabido vivir durante siglos de pequeñas cosas: de la actividad de los mazos, serrerías, molinos, de pequeñas explotaciones agrícolas, de incipientes canales de comercialización que llevaban los productos de aquí hasta lugares lejanos.
La sabiduría de los asturianos para ir desde esas pequeñas cosas hacia lo grande, su espíritu emprendedor, su ímpetu para afrontar las más duras dificultades y la claridad de su mente para analizar las circunstancias son los más sólidos cimientos para la esperanza.
Recordemos el pensamiento de aquel gran sabio asturiano, Jovellanos, que dijo que, "en los países industriosos, nada huelga. Todo produce y fructifica: los montes, los valles, los cerros y hasta las duras peñas".
Estas horas que voy a pasar entre vosotros nunca las olvidaré. Me gustaría que tampoco vosotros las olvidaseis, que las consideraseis como acicate y reafirmación de vuestra voluntad de seguir unidos trabajando por vuestro pueblo y por vuestra patria; que este acto sea también un estímulo para que nunca se apoderen de vosotros el abandono, la rutina o la desesperanza; que estas horas en que se os rinde homenaje os animen siempre al trabajo bien hecho, a la iniciativa, a la buena vecindad, a la educación permanente, a la armonía entre vosotros y la naturaleza.
Muchas gracias.
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