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Comunidad vecinal de Sariego (2006)
La comunidad vecinal de Sariego, uno de los concejos más pequeños de Asturias, cuenta con un amplio y cohesionado tejido social, representado en varias asociaciones que se distinguen por su labor en la conservación, promoción y difusión del patrimonio histórico y la recuperación de la cultura popular del municipio. Con su esfuerzo, este movimiento asociativo contribuye a recuperar las formas tradicionales de la cultura rural asturiana a través de expresiones artísticas, festivas, culturales y deportivas.
La difusión de los hechos relevantes del pasado histórico del concejo se realiza a través de representaciones teatrales organizadas por el colegio público Salvador Vega Berros y representadas por sus alumnos, como la Ofrenda del pueblo de Sariego al Monasterio de San Pelayo, con la que se conmemora la milenaria relación entre el municipio y el convento ovetense. Sariego también destaca por la recuperación, promoción y difusión del deporte rural a través del club "Seis Conceyos", que nace de la arraigada tradición por los deportes autóctonos desde los años 50. La organización de programas educativos intergeneracionales, protagonizados por los mayores, y la dignificación de tradiciones a través de la puesta en escena, con carácter lúdico y festivo, de actividades de la agricultura tradicional como la esfoyaza y la siega, destacan entre la programación cultural saregana. La conservación de la lengua asturiana ocupa un lugar especial en Sariego, como demuestra la creación de un itinerario denominado "Ruta de la toponimia" o la organización de la misa en bable en la Cueva de San Pedrín.
Con más de cien hórreos y paneras catalogadas, otro atractivo de creación más reciente es la "Ruta de las cercanías del cielo", que permite al visitante conocer la historia, la cultura y el patrimonio natural de Sariego. La promoción de la bebida autóctona por excelencia, la sidra, también se desarrolla en el concejo. Lo hacen con la celebración del "Concurso de sidra natural casera". Además, asociaciones de festejos de las tres parroquias sareganas continúan llevando a cabo les fiestes de prau, manteniendo así tradiciones de tiempos pasados. La danza y la música tradicionales están representadas por un grupo folclórico y una banda de gaitas que ha dedicado parte de sus esfuerzos al estudio, conservación y divulgación del patrimonio musical. Herencia de las tradiciones rurales, los vecinos de Sariego continúan participando en las tareas comunales, en lo que se conoce como sextaferia, para la recuperación y mantenimiento de fuentes y otros ejemplos de arquitectura popular.
A lo largo del último año, el tejido asociativo de Sariego se ha visto ampliado con la creación del Grupo de Montaña Sariegu y el coro "El Cantón". Con sus numerosas actividades los vecinos de Sariego han demostrado su interés e implicación en la conservación y promoción del patrimonio cultural del concejo, como ha ocurrido con la restauración de su patrimonio arquitectónico de carácter religioso.
Reunido en Oviedo el Jurado del Premio al Pueblo Ejemplar de Asturias 2006, integrado por D. Jesús Arango, D. Evaristo Arce, D. Efrén Cires, D.ª María Ángeles Fernández, D. Luis Felipe Fernández, D. Nicanor Fernández, D. José María Fernández del Viso, D. Ignacio García-Arango, D. Manuel García Linares, D.ª Kike Gómez Haces, D.ª Elisa Llaneza, D. José Luis Marrón Jaquete, D. Hugo Alfonso Morán Fernández, D. José Luis Pérez de Castro, D. Ignacio Quintana, D. Luis Riera Posada, D.ª Rosa Roces, D.ª Trinidad Rodríguez, D. Cristino Ruano de la Haza, D.ª Carmen Ruiz-Tilve, D. Valentín Ruiz García, D.ª Cecilia Sanchís Migoya, D.ª Lidia Santamarina Pedregal, D. Javier Santos, D. Miguel Trevín, D.ª Covadonga Vigil Álvarez, presidido por D. Francisco Rodríguez y actuando de secretario D. Adolfo Barthe Aza, acuerda conceder por mayoría el Premio al Pueblo Ejemplar de Asturias 2006 a la Comunidad Vecinal de Sariego por su compromiso con la historia y las tradiciones locales, su capacidad de iniciativa y movilización social y su espíritu de comunidad.
El jurado destacó los valores y el mérito de la candidatura finalista de la Sociedad de los "Humanitarios de San Martín" y pueblo de Moreda.
Oviedo, 14 de septiembre de 2006
Quiero ante todo daros las gracias por el cariño con el que me estáis recibiendo. Un cariño que me emociona y que siento de manera inolvidable en cada uno de los preciosos pueblos de esta querida Asturias a los que acudo siempre con gran alegría para hacer entrega de este Premio.
Deseo, al mismo tiempo, felicitaros por haber logrado este galardón tan hermoso y tan justamente apreciado que habéis conseguido tras años de perseguirlo sin desfallecer un solo día en vuestros nobles propósitos. Durante ese tiempo nunca habéis perdido la fe en que llegaría este día y esa es una prueba que ensalza vuestro tesón, vuestra confianza en que la ilusión y el trabajo bien hecho tienen siempre su justo reconocimiento.
Al leer el acta del Jurado y conocer lo que publicaron los medios de comunicación con motivo de la concesión del Premio, imaginé cómo sería la vida en vuestro concejo, que la Princesa, que siente mucho no poder acompañarnos hoy, conoce y aprecia en toda su belleza; una vida ahora llena de proyectos e ilusiones que deseamos que se realicen plenamente.
Aquí, entre las pomaradas, las maravillosas praderías y las tierras tan cuidadosamente trabajadas, se concentran vuestros esfuerzos y esperanzas, que queréis que fructifiquen abriendo nuevos horizontes como el que estáis labrando para la industria de la sidra, una de vuestras más antiguas riquezas, y otros que se derivan de las iniciativas que, a través de vuestras asociaciones, habéis puesto en marcha a lo largo de estos últimos años.
Precisamente porque estáis mirando hacia el futuro, permitidme que me dirija especialmente a los más jóvenes y a los niños, pues ellos son los depositarios de todos vuestros esfuerzos, de vuestros sueños, y serán los herederos y administradores de la prosperidad y de la riqueza que estáis labrando día a día.
Hace ya muchos años, Jovellanos, al relatar las dificultades de las gentes del campo de aquellos tiempos, confiaba en que la educación, la cultura y el trabajo pondrían fin a aquellas muy duras condiciones de vida de los hombres y mujeres de esta tierra.
Hoy, más de doscientos años después, muchos de los deseos de Jovellanos se han hecho feliz realidad. Somos testigos de cómo las comunidades rurales reducen sus desigualdades con respecto a las urbanas en posibilidades de educación, comunicación y oportunidades. La extensión de la cultura, la generalización de la enseñanza y de una sanidad de alto nivel, los avances científicos, el desarrollo económico y el progreso están llegando a cada rincón de nuestro país. Al mismo tiempo, nuestras villas, pueblos y aldeas conservan, como un gran privilegio, las mayores ventajas de la vida del campo, cuyos habitantes son testigos y protagonistas de algo que nunca se debería perder: el reposado transcurrir de los días, el placer de sentir el ritmo de la naturaleza, la convivencia cotidiana y fraterna con los vecinos, el tiempo que se dilata dulcemente mientras se proyecta en común el futuro.
Los niños y los jóvenes de este concejo, como los de todos los pueblos de España, debéis aprovechar todas las ventajas y oportunidades que generan la vida en libertad y en democracia, en la que habéis tenido la fortuna de nacer y que nos ha proporcionado la sociedad más justa y próspera que hemos tenido a lo largo de toda nuestra historia. Una sociedad nueva, más rica y culta, plural y abierta que defiende la solidaridad, la concordia, la educación y el trabajo para todos, los derechos humanos en todo el mundo, pues sabe que sólo así se pueden desarrollar las mejores capacidades e iniciativas, que sólo así puede brillar la fuerza creadora del talento, fuente esencial de la prosperidad y del verdadero progreso.
Vivimos en un mundo que se está transformando radical e irreversiblemente, de manera especial en zonas privilegiadas como Europa, en cuya construcción y progreso España tiene un destacado papel. Este concejo, el concejo de Sariego, todos sus pueblos, cada uno de vosotros, podéis participar de las extraordinarias oportunidades del mundo en que vivimos, si así os lo proponéis. Hasta vosotros llega la información puntual de lo que acontece en todo el planeta, tenéis la oportunidad de conocer al minuto, al segundo casi, todo lo bueno y lo malo que ocurre en el mundo: los desastres naturales, las guerras, la violencia, las injusticias que se cometen en los lugares más lejanos, y, al mismo tiempo, también podéis conocer los últimos descubrimientos científicos, la vanguardia cultural, lo mejor que se construye y se imagina cada día. Ello es compatible con la conservación de las tradiciones como un verdadero tesoro.
Antes de terminar estas palabras, quiero dar las gracias a los miembros del Jurado, que un año más han llevado a cabo su difícil tarea con responsabilidad y buen juicio, y a todos los pueblos que con tanto entusiasmo, trabajo e ilusión han presentado sus candidaturas. Los animo a que sigan trabajando, pues así contribuyen al engrandecimiento, al progreso y al embellecimiento de nuestra querida Asturias.
Os pido a todos, a los que lucháis y os esforzáis por conseguir las mejores metas, que no perdáis nunca tan preciosos ideales y valores, que mantengáis la unión y el espíritu solidario que os ha hecho ejemplares, que sigáis impulsando iniciativas en cooperación y en concordia. Asturias y España necesitan el ejemplo y el impulso de comunidades como la vuestra.
Os deseo todo lo mejor para el futuro, y que la vida transcurra serena y dichosa en esta tierra que siempre llevo en mi corazón.
Muchas gracias.
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