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Porrúa, Llanes (2005)
El pueblo de Porrúa está situado en la franja costera del extremo oriental de Asturias, a los pies de la sierra del Cuera, en el concejo de Llanes. Las primeras noticias documentales sobre Porrúa aparecen en el último tercio del siglo XI, pero será en 1385 cuando se le nombra como parroquia del arciprestazgo de Llanes, en la "Relación de iglesias del obispado de Oviedo". Sobre un terreno calizo, cuenta con afloramientos rocosos, cuetos y vaguadas poco aptos para el cultivo, pero que dan lugar a un paisaje fragmentado y rico en volúmenes.
Es un pueblo eminentemente ganadero regido a lo largo de su historia por el sistema de la trashumancia. Está rodeado por un espacio de superficie irregular, conocido como la Mañanga, en el que a lo largo del tiempo se han ido habilitando pequeñas propiedades donde pasta el ganado en invierno. Si en un principio la ganadería de cabras y ovejas era la predominante, actualmente ha dejado paso a la vaca autóctona asturiana de la montaña o vaca casina, siendo hoy día el concejo de Llanes el segundo de Asturias en número de animales registrados de esta raza.
Vinculado a la emigración de ultramar del siglo XX, los emigrantes de Porrúa dejaron su huella en la arquitectura indiana que salpica todo el pueblo, como en la Escuela Vieja, el Cementerio Nuevo, la Iglesia, la Casa de Concejo, el Casino o la Bolera, entre otros edificios. El calendario festivo de Porrúa se basa en el ciclo agrícola y en el calendario solar, manteniendo los valores tradicionales más allá de su significado religioso. Una de las fiestas más destacadas es el Antroxu, celebrada el martes anterior al miércoles de ceniza, donde los niños y jóvenes se pertrechan a la cintura los lloqueros del ganado haciéndolos sonar desde el anochecer del lunes al amanecer del martes. Después se disfrazarán y los antroxos (disfrazados) recorrerán el pueblo con un palo.
Entre las actividades vecinales que se llevan a cabo en Porrúa, destacan las de la Asociación "Llacín", creada en 1994 y cuyo objetivo es desarrollar en las edificaciones y terrenos de una finca donada por una familia emigrante de México, distintos espacios recreativos y culturales para el disfrute de todo el pueblo. Otras acciones que lleva a cabo son la edición anual del Mercáu Astur, que se celebra cada mes de agosto, y la Escuela de Música Tradicional y la Banda de Gaitas Llacín. En el año 2000, en la finca de Llacín, se inauguró el Museo Etnográfico del Oriente de Asturias, donde se exhiben colecciones de objetos relacionados con la vida tradicional y las costumbres del oriente asturiano. En 2001 el Museo ejecutó las tareas de recuperación del antiguo lavadero y del canal de agua junto al río Vallina, con cerca de un siglo de antigüedad.
La Asociación Llacín de Porrúa participa en el programa Pueblo Cultural de Europa, una iniciativa de la que forman parte once pequeños pueblos de otros tantos países europeos y cuya filosofía pretende destacar la importancia de las pequeñas comunidades y reflexionar sobre su economía y su cultura. Porrúa organizó en el año 2008 los encuentros que reunieron a las once delegaciones de estos Pueblos Culturales de Europa.
Reunido en Oviedo el Jurado del Premio al Pueblo Ejemplar de Asturias 2005, integrado por D. Jesús Arango, D. Evaristo Arce, D. Efrén Cires, D.ª María Ángeles Fernández, D. Nicanor Fernández, D. José María Fernández del Viso, D.ª Fátima Ferreiro, D. Ignacio García-Arango, D. José Luis Marrón Jaquete, D. Hugo Alfonso Morán Fernández, D. José Luis Pérez de Castro, D. Ignacio Quintana, D. Luis Riera Posada, D.ª Rosa Roces, D.ª Trinidad Rodríguez, D. Cristino Ruano de la Haza, D.ª Carmen Ruiz-Tilve, D. Valentín Ruiz García, D.ª Cecilia Sanchís Migoya, D. Javier Santos, D.ª Laura Sola Soria, D. Miguel Trevín, presidido por D. Francisco Rodríguez y actuando de secretario D. Adolfo Barthe Aza, acuerda conceder por mayoría el Premio al Pueblo Ejemplar de Asturias 2005 a Porrúa (Llanes) por su compromiso con la historia y la tradición locales y por su capacidad para mantener valores y costumbres que las nuevas generaciones han sabido asimilar y desarrollar en actividades e iniciativas múltiples, como el museo etnográfico y la incorporación de la comunidad vecinal al proyecto Pueblo Cultural de la Unión Europea.
Ha quedado finalista la candidatura de Sariego.
El Jurado acordó poner de manifiesto el alto nivel de concurrencia a la convocatoria de este año y expresar su reconocimiento a todos los participantes.
Oviedo, 15 de septiembre de 2005
Me llena de alegría venir a estas hermosísimas y prósperas tierras del concejo de Llanes, que la Princesa de Asturias conoce y admira desde la niñez, para vivir unas horas inolvidables con motivo de este acto de entrega del Premio al Pueblo Ejemplar de Asturias, que tan brillantemente habéis ganado en una difícil elección.
La convocatoria de este Premio y su desarrollo es una hermosa iniciativa de la Fundación que lleva mi nombre que seguimos con verdadero interés, pues su prestigio y arraigo han alcanzado en pocos años unas cotas apenas soñadas cuando nació.
Por eso supimos de vuestra alegría cuando el pasado 15 de septiembre las campanas de vuestra iglesia sonaron de manera jubilosa para convocaros a concejo y para anunciar a todos los vientos que Porrúa acababa de ser reconocido con el Premio al Pueblo Ejemplar de Asturias.
Sabemos también que os reunisteis, orgullosos y muy felices, a la sombra de vuestro árbol centenario, el aguacate traído hasta aquí por aquellos antepasados vuestros que tuvieron que emigrar para ir al encuentro de nuevas oportunidades y esperanzas. Él simboliza, con la singularidad de su grandeza, los valores que conserváis como vuestro mejor tesoro, a la vez que cuanto le rodea nos habla de la dulzura del bello paisaje llanisco que con tanto amor cantaron vuestros poetas.
Se podría también decir de él que sus raíces, al igual que en otro tiempo lo fueron los de vuestra encina centenaria, sustentan desde lo más hondo los valores de vuestras tradiciones, que arraigan en un pasado hecho de trabajo tenaz, sacrificado y solidario, y que sus ramas, que no cesan de crecer buscando la luz, representan ese futuro que queréis alcanzar de un mayor bienestar y progreso para todos.
Los llaniscos, como tantos otros asturianos, habéis andado muchos caminos. Aquellos que os llevaban en el pasado hacia la montaña, hacia las cabañas, majadas y pastos, o los que iban tierra adentro, o hacia el mar y aún más allá del mar.
Es admirable pensar que los valles y montañas de Asturias, tan hermosos como diversos, que trepan hasta lo más alto o llegan hasta el mismo borde del mar, y que parecen hechos para aislaros, os hayan servido, en cambio, para salir a la búsqueda de otras tierras lejanas y, a la vez, para uniros, para crear esa sólida conciencia de ser al mismo tiempo, con lógico orgullo, asturianos y españoles.
En esos caminos hacia nuevos horizontes y oportunidades, los asturianos de la emigración nunca perdieron la esperanza del regreso feliz. Han sido caminos muy largos y difíciles pero que jamás han conducido al desarraigo. Es hermoso poder decir, con profunda admiración, que esos emigrantes llevaron, por su ejemplar laboriosidad y ánimo emprendedor, con dignidad, durante siglos, el nombre de Asturias y el de España, y que su regreso supuso una vuelta generosa y entregada a las raíces y a los paisajes que los vieron nacer.
Fruto de ese trabajo y de ese amor fueron las obras civiles que, como en Porrúa, estimularon o emprendieron los que se habían ido con tanto valor y nostalgia. Lo son también esas casas indianas que configuran la personalidad de otros lugares de Asturias y la de vuestro concejo y que admiran a todos por su originalidad y belleza.
En este día tan señalado, os animo a seguir trabajando como hasta ahora, con la misma ilusión y la misma tenacidad, desde la satisfacción de saber que como consecuencia del trabajo bien hecho haréis vuestra vida y la de vuestros hijos más plena y mejor. Y os animo también a vivir convencidos de que vuestros gestos, vuestras actitudes, vuestra firme voluntad, vuestro ejemplo, repercutirán no sólo en beneficio de Porrúa, sino en el de toda Asturias.
Sabéis muy bien que el verdadero progreso, el logro de una mejor calidad de vida, de una educación que alcance a todas las capas sociales, que la conquista, en fin, de una sociedad más justa, donde haya oportunidades para que todos puedan realizar sus sueños, sólo se puede conseguir con trabajo ilusionado, con sacrificios, siendo emprendedores, asumiendo los riesgos de los cambios vertiginosos y difíciles que se producen en el mundo.
Agradecemos al Jurado del Premio su trabajo, siempre comprometido, pues son muchas y muy meritorias las candidaturas que se presentan. Y recordamos, con especial admiración y gratitud, a todos los pueblos, asociaciones y grupos que se han presentado con la ilusión de conseguir este precioso reconocimiento. Les animamos a seguir intentándolo y a continuar luchando para alcanzarlo porque el tiempo y el trabajo, tan ilusionadamente invertidos para conseguirlo, no son ni tiempo ni trabajo perdidos.
Quiero agradeceros, por último, la generosidad y el cariño con el que me habéis acogido, la hospitalidad que me estáis brindando, que siempre siento cuando estoy en el Principado. Todos estos hermosos recuerdos y gratitudes arraigan en mi vida y en mi corazón y hacen aún más profundo mi amor por esta Asturias nunca olvidada y siempre tan querida.
Muchas gracias.
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