Antonio Domínguez Ortiz Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales 1982

Antonio Domínguez Ortiz (Sevilla, España, 1909 – Granada, España, 2003) fue un historiador especializado en la España de los siglos XVI, XVII y XVIII, escritor y profesor de dilatada carrera. Cursó los estudios universitarios en su ciudad natal, y realizó el doctorado en Madrid, según sus propias palabras, "porque en aquella época era obligatorio".

Su futura orientación profesional se puso ya de manifiesto cuando, bajo la dirección de Eloy Bullón, realizó su tesis doctoral sobre Los manuscritos geográficos de la Biblioteca Nacional. La geografía fue uno de sus primeros campos de investigación, y también fue la de geografía una de las tres cátedras universitarias a las que opositó, aunque por diversas razones no llegó a alcanzar ninguna, siendo catedrático de enseñanza media hasta su jubilación, acaecida a principios de la década de los ochenta. Quizás por este motivo, Domínguez Ortiz se haya atribuido en alguna ocasión un trauma oposicional, que, según ha confesado, aqueja a muchísimos estudiantes españoles de su generación.

Su primer libro sólido de tema histórico, al margen de algunos artículos y trabajos menores, fue Orto y ocaso de Sevilla, publicado en 1947. Desde ese momento se fue orientando hacia los estudios históricos, y aunque siguió realizando algunos trabajos de carácter mixto, a partir de los años cincuenta abandonó la geografía para especializarse definitivamente en historia, y dentro de ella, en el campo de la historia moderna.

Domínguez Ortiz se destacó desde un principio por sus pacientes y minuciosas investigaciones en los archivos históricos de nuestro país, en los que se encontró con materias económico-sociales que hasta entonces habían sido dejadas de lado por gran número de historiadores, así como con otros temas que no tenían relación con la historia habitual, como la cuestión de la limpieza de sangre o el de la esclavitud en la España moderna.

En 1948 se traslada a Granada en calidad de catedrático de instituto, comenzando una etapa de acumulación de material histórico en la Biblioteca Universitaria de Granada. Fue también en esta época cuando entró en contacto con el Instituto Balmes de Sociología, de Consejo Superior de Investigaciones Científicas, que dirigía Carmelo Viñas. Gracias al apoyo de éste último, publicó en 1952 su estudio sobre la esclavitud, Los judeoconversos, y posteriormente, en 1955, La sociedad española del siglo XVII.

A finales de los años cincuenta, comenzó a recibir propuestas de colaboración, entre ellas un encargo del Instituto de Estudios Financieros para realizar un trabajo de investigación sobre la hacienda pública. Se daba la circunstancia de que Domínguez Ortiz había pasado varios veranos en la localidad de Simancas, trabajando en un fondo prácticamente inexplorado: el de Consejos y Juntas de Hacienda, donde según ha dicho están las claves de toda la historia socioeconómica de la España moderna.

Domínguez Ortiz nos ha acercado a la sociedad española del tiempo de los Austrias como probablemente nadie lo habría hecho, sobre todo mediante obras como Crisis y decadencia en la España de los Austrias y La España de los Austrias, con las que ha sabido captar el crisol español de aquellos siglos, en los que actuaron como factores propulsores los conflictos sociales, de religión y de raza. Durante décadas ha investigado incansablemente, para luego explicar todas estas cuestiones con la sencillez del que ha hecho de su vida un continuo magisterio. Otras obras suyas son Política y hacienda de Felipe IV (1960), La sociedad española en el siglo XVIII (1955), Las clases privilegiadas en la España del Antiguo Régimen (1973), Sociedad y Estado en el siglo XVIII español (1976), Andalucía, ayer y hoy (1983), Política fiscal y cambio en la España del siglo XVII, Madrid, Instituto de Estudios Fiscales (1984), Carlos III y la España de la Ilustración (1988) y Las claves del despotismo español, 1715-1789 (1990). 

Domínguez Ortiz era Hijo predilecto de Andalucía, académico de la Historia y doctor honoris causa por varias universidades −la Complutense y la de Barcelona entre ellas−. Fue además, académico correspondiente de la British Academy, Academia de Historia de Venezuela, Buenas Letras de Sevilla, Ciencia, Bellas Artes y Nobles Artes de Córdoba y otras; miembro del instituto de Estudios Madrileños y Presidente de Honor del Centro de Estudios Históricos de Granada y su Reino.