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David Vázquez Martínez y Emilio Rosenblueth Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica 1985
Por los relevantes méritos de su obra de creatividad científica.
Maestro de varias generaciones de científicos españoles e investigador destacado en las áreas de la Bioquímica, la Biología molecular y la Microbiología, David Vázquez (Tucumán, Argentina, 1930 – Madrid, España, 1986), hijo de asturianos, tras realizar sus estudios universitarios en España e Inglaterra, en 1954 se graduó en la Facultad de Farmacia de la Universidad de Madrid con la calificación de sobresaliente "cum laude". En 1959 recibió el doctorado en Química por la Universidad de Madrid, y en 1965 por la de Cambridge, Inglaterra, siendo la Microbiología la materia principal de sus estudios.
Realizó sus primeros trabajos postdoctorales en el Instituto Nacional de Agronomía de París, en el Instituto Nacional para la Investigación de Productos Lácteos, de Reading (Reino Unido), y en el Laboratorio de Bioquímica y de Biología Molecular de Cambrigde, Reino Unido. En 1963 se incorpora en España al Consejo Superior de Investigaciones Científicas, comenzando su trabajo en el Instituto de Biología Celular. Como colaborador científico, realiza trabajos de investigación y siente la beneficiosa influencia de otros jóvenes y emprendedores biólogos, como Alberto Sols o Manuel Losada. Su trabajo estuvo centrado, básicamente, en los mecanismos de síntesis biológica de las proteínas y en la acción de los antibióticos. Respecto a éstos últimos, llevó a cabo importantes investigaciones que esclarecieron el mecanismo de acción de diversos antibióticos, en particular el de aquellos que inutilizan la maquinaria de ensamblaje de las proteínas de microorganismos patógenos sin afectar la de las células que los hospedan.
Destacado como el mayor investigador español en antibióticos, David Vázquez realizó prácticamente toda su labor científica ligado al Consejo Superior de Investigaciones Científicas. En 1967 fue nombrado investigador científico, y en 1971 profesor de Investigación del CSIC, la máxima categoría existente en este organismo. A partir de 1968 se hizo cargo de la dirección de los Institutos de Biología Celular y Bioquímica Macromolecular del Consejo, participando además en el Patronato del Instituto de Biología Molecular.
Consejero de número del CSIC entre 1975 y 1977, posteriormente fue fundador-presidente del Patronato Santiago Ramón y Cajal; presidente de la Sociedad Española de Microbiología; profesor y director del Departamento de Microbiología en la Facultad de Ciencias de la Universidad Autónoma de Madrid; presidente, desde 1984 hasta su muerte, de la Sociedad Española de Bioquímica y académico de número de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales.
Fue, además, miembro del Comité Científico Asesor de la Fundación Juan March, puesto desde el que desempeñó un papel crucial impulsando las actividades de la Fundación en apoyo de la ciencia española. El prestigio de David Vázquez en el ámbito de su actividad científica era universal, y figuraba siempre como conferenciante en todos cuantos congresos sobre la biosíntesis de proteínas o el mecanismo de acción de los antibióticos se celebraban el cualquier parte del mundo.
Él mismo organizó varios simposios internacionales en España. De su labor en estas reuniones son fruto un centenar de ponencias expuestas, entre otros, en los congresos anuales de la Federación Europea de Sociedades de Bioquímica y los Congresos Mundiales de Bioquímica. Fue, asimismo, autor de más de 260 trabajos de investigación publicados en destacadas revistas nacionales e internacionales.
El Consejo Superior de Investigaciones Científicas, la Escuela Asturiana de Estudios Hispánicos y la Sociedad de Festejos y Cultura "San Pedro" de La Felguera, entre otras entidades y asociaciones, le rindieron distintos homenajes póstumos. En su memoria ha sido erigido un monumento en la Plaza Setsa, en La Felguera, localidad asturiana de la que es originaria su familia.
Ingeniero sísmico, sus estudios han permitido la construcción de edificios de gran altura, presas y centrales nucleares en regiones del planeta con riesgo de sufrir terremotos.
Emilio Rosenblueth (Ciudad de México, México, 1926 – 1994) dedicó más de treinta años a la investigación de fenómenos sísmicos y en particular al estudio del comportamiento de los edificios frente a los terremotos. Impartió clases de Ingeniería Antisísmica durante más de tres décadas en el Instituto de Ingeniería Civil de la Universidad Nacional Autónoma de México, de la que fue coordinador de investigación científica e investigador emérito desde 1988. Doctor por la Universidad de Illinois (USA), fue subsecretario de la Secretaría de Educación Pública de México (1978-1982), asesor de la UNESCO y de la Organización de Estados Americanos (OEA) en materia sísmica y de investigación científica, y participó como profesor invitado y asesor en programas científicos de Canadá, Gran Bretaña, China, Estados Unidos, y otros países iberoamericanos, asiáticos y de la Europa mediterránea. Trabajó asimismo para la empresa mexicana Ingenieros Civiles Asociados (ICA). En 1985 fue distinguido con el título de Investigador Nacional, máximo mérito que se concede a un científico en su país.
Miembro de una familia de destacados investigadores, se interesó por la fenomenología sísmica debido a la propia ubicación de México en una de las zonas más activas del globo en terremotos. En su opinión, el diseño de estructuras para los edificios construidos en lugares con riesgo sísmico, no es sólo una cuestión técnica, sino también ética, ya que el ingeniero está obligado a tomar unas decisiones que repercuten sobre la sociedad. Esa creencia le obliga a comprometerse, a considerar un aspecto humanista dentro de su trabajo, que él enfoca como una especie de contrato social.
Las investigaciones en este campo se desarrollan en tres frentes: la descripción probabilística de la sismicidad y la frecuencia de generación de los temblores; el estudio de la dinámica de los suelos; y el diseño de las estructuras idóneas para resistir esos movimientos. Con el avance en estos tres aspectos se está construyendo cada vez con mayor seguridad en las regiones de elevado riesgo sísmico. Gracias a los últimos estudios, y en buena parte debido a los descubrimientos del profesor Rosenblueth, se han podido levantar edificios de considerable altura, presas y construcciones tan complejas como centrales nucleares, que requieren una total exactitud y seguridad en sus estructuras, en los países afectados periódicamente por temblores.
Emilio Rosenblueth efectuó la aplicación del cálculo probabilístico a este y otros campos de la ingeniería. Sus trabajos se tomaron como referencia para la elaboración de reglamentos indicativos en la construcción de edificios, cuyos parámetros varían según el uso que se vaya a dar a la edificación, el tipo de terreno sobre el que se asienta, y su sismicidad.
Premio de Investigación Científica de la Academia Mexicana de Ciencias (1963) y miembro del Colegio Nacional (1972), en 1973 recibió el Premio de Ciencias Luis Elizondo y en 1974 el Nacional de Ciencias y Artes del Gobierno de México.
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