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Jacqes Delors y Mijail Gorbachov Premio Príncipe de Asturias Cooperación Internacional 1989
Intervención de David Williamson, en nombre de Jacques Delors
El señor Delors es plenamente consciente del honor que le ha hecho la Fundación con el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional. Esta es precisamente la causa a la que él está dedicado por completo y a la que otorga la máxima importancia.
En primer lugar, como Presidente de la Comisión de las Comunidades Europeas, el señor Delors ha dedicado todo su esfuerzo, en colaboración con los Estados miembros, a la construcción de una Comunidad Europea sólida y dinámica, para conseguir el ideal que en los últimos años ha encontrado un lugar destacado en las mentes y los corazones de millones de ciudadanos europeos. La construcción europea no ha sido fácil y únicamente se ha conseguido gracias a la cooperación de muchos estados e intereses.
Es cierto también, y en contra de la opinión de algunos pesimistas, que la ampliación de la Comunidad Europea, últimamente con la incorporación de España y Portugal, ha aumentado de modo notable el dinamismo de nuestra comunidad y ha ampliado sus horizontes por el influjo de nuevas ideas y vínculos históricos. Vivimos en una comunidad europea que claramente ha recuperado su fuerza y aumentado su cohesión tanto en el plano económico como en el social.
En segundo lugar, esta comunidad, la mayor potencia comercial del mundo y heredera de una destacada diversidad intelectual y cultural, tiene inevitablemente un puesto importante y creciente en el mundo. Bajo el liderazgo del señor Delors como Presidente de la Comisión, hemos concedido una gran prioridad al desarrollo de vínculos con nuestros socios en todo el mundo, no sólo a causa del comercio y la cooperación, sino también por el rico legado de los valores humanos en que nos afirmamos.
Con este espíritu, Alteza Real, excelentísimos señores, señoras y señores, he aceptado en nombre del señor Delors, Presidente de la Comisión de las Comunidades Europeas, este honor que le han otorgado.
Intervención de Serguei Romanovski, en nombre de Mijail Gorbachov.
Es para mí un gran honor cumplir con el encargo personal del Secretario General del Comité Central del PCUS, Presidente del Soviet Supremo de la URSS Mijail Gorbachov, de recoger en su nombre el Premio de Cooperación Internacional 1989 y expresar el sincero agradecimiento del dirigente soviético a la Fundación Principado de Asturias por haberle concedido este distinguido galardón.
En la URSS el fallo del Jurado del Premio Príncipe de Asturias fue acogido con satisfacción. Se considera como una alta valoración de la política de cambios internos e internacionales radicales que se está llevando a cabo por la dirección soviética encabezada por Mijail Gorbachov, y también como un testimonio de comprensión y aceptación de su concepto de nueva mentalidad política basada en la prioridad de valores comunes de la humanidad y en el equilibrio de intereses. Por otro lado es profundamente significativo que el Premio de este año lo compartan dos personalidades cuya actividad perseverante apunta al porvenir de Europa.
La tarea de acabar con la división de nuestro continente, de construir lo que en la Unión Soviética denominamos "Casa Común Europea", puede realmente alcanzarse tan sólo mediante una nueva calidad de la cooperación internacional, superación de dogmas y recelos anticuados con el fortalecimiento paralelo del entendimiento y la confianza mutuos y una drástica reducción de potenciales bélicos. A nuestro juicio, el Este y el Oeste, son en igual medida responsables de que no sean desaprovechadas oportunidades sin precedentes que se abren actualmente para dar vida a la idea de una Europa unida desde el Atlántico hasta los Urales. Nuestro continente está llamado indudablemente a proponer al mundo un nuevo modelo de colaboración y convivencia internacional desmilitarizada, desideologizada y democrática. El desarrollo de los últimos años da fundamento para esperar que Europa será capaz de responder afirmativamente a este histórico desafío. Cada europeo, cada país, cada organización europea han de hacer su propia aportación a tan digna labor.
Las relaciones soviético-españolas, basadas en los tradicionales sentimientos de amistad y estimación mutua entre nuestros pueblos, son un buen ejemplo de la contribución de dos estados a la formación de esta nueva amistad europea. Mijail Gorbachov me ha encomendado transmitir desde su convicción en el ulterior desarrollo progresivo de los fructíferos lazos entre la Unión Soviética y España, así como sus sentimientos de sincera simpatía hacia este país y votos de paz y prosperidad al pueblo español.
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