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Equipo Investigador de Atapuerca Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica 1997

Equipo Investigador de Atapuerca

En la Sierra de Atapuerca (Burgos, España) se han llevado a cabo más de veinte campañas de excavación en una secuencia estratigráfica que abarca desde la segunda mitad del Pleistoceno inferior hasta el final del Pleistoceno medio (>1.000.000-120.000 años de antigüedad). Las diferentes etapas de esta investigación se iniciaron en 1978 con un equipo formado y dirigido por el profesor Emiliano Aguirre. A partir de 1982, las excavaciones comenzaron a dar sus frutos, con el hallazgo de las primeras pruebas de actividades humanas. Los años de 1988 a 1990 se caracterizaron por una gran actividad investigadora, con la presentación de cuatro memorias de licenciatura y de seis tesis doctorales.

En 1991 comenzó una nueva etapa en la que, definitivamente, se constituyó el primer equipo interdisciplinar para el estudio del Cuaternario en España, formado por un grupo de doctores y licenciados en Ciencias Biológicas, Geológicas e Historia, en su mayor parte de las universidades de Burgos, Complutense de Madrid, Rovira i Virgili de Tarragona y Zaragoza y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y bajo la dirección de Juan Luis Arsuaga, José María Bermúdez de Castro y Eudald Carbonell. Este equipo ha contado, entre otros, con el apoyo económico del Ministerio de Educación y Ciencia/Cultura, Dirección General de Patrimonio y Promoción Cultural de la Junta de Castilla y León y Consejo Superior de Investigaciones Científicas. En julio de 1992, el hallazgo en la Sima de los Huesos de dos cráneos muy completos, además de otros restos, causó un gran impacto en la comunidad científica internacional. En este yacimiento se han localizado hasta la campaña de 1999 cerca de 3.000 restos fósiles humanos de una treintena de individuos. Se trata, muy probablemente, de una acumulación antrópica de homínidos pertenecientes a una misma población biológica, que vivió en la Sierra de Atapuerca hace 300.000 años. Además, en 1994 se descubrieron en el nivel 6 del yacimiento Gran Dolina restos de homínidos de una antigüedad a 780.000 años. Estos hallazgos y el trabajo del Equipo Investigador han hecho de Atapuerca un marco de referencia obligada para la prehistoria europea y un auténtico paradigma para el estudio de la evolución humana. Los años 1994 y 1995 dejarían un rico registro de herramientas del Paleolítico inferior arcaico junto con restos humanos, todos ellos datados en 800.000 años, lo que confirma una presencia humana muy antigua en Europa. Al año siguiente se confirma, mediante el estudio de las marcas en los huesos, que se practicaba un canibalismo ritual; esta es la referencia sobre canibalismo más antigua de Europa. El año 1997 es de gran importancia para el yacimiento, ya que se define una nueva especie humana, el Homo antecessor. Las investigaciones reciben varios premios de prestigio, entre ellos el de Ciencias Sociales de la Junta de Castilla y León. El año 1998 aportaría la constancia de que los restos hallados en la Sima de los Huesos, asignados a Homo heidelbergensis, pertenecen a seres humanos, que además de tener capacidad de abstracción y simbología se plantean los problemas místicos inherentes al ser humano. Esto se confirma por el hallazgo de una herramienta bifaz sin utilizar y realizada con un material muy apreciado, el llamado Excalibur, depositada como homenaje a algún miembro del grupo allí enterrado. En 1999 empiezan las excavaciones en la Cueva el mirador y al año siguiente se recibe la calificación de Patrimonio de la Humanidad, a la vez que en la Sima del Elefante se encuentran restos de utensilios líticos que se datan en un millón de años. Se nombra una especie nueva de roedor, Microtus (Allophaiomys) lavocati, y se retoman las excavaciones del Portalón de Cueva Mayor.

La Gran Dolina daría una nueva especie de oso de las cavernas, el Ursus dolinensis, cuyos restos se encontrarían en el nivel TD4.

El yacimiento de la Sima del Elefante, o Trinchera Elefante (TE) como también es conocido, se localiza en la Trinchera del Ferrocarril, siendo el primer yacimiento que nos encontramos al ir caminando desde la entrada sur de la trinchera. Su nombre se debe a la aparición en 2001 de unos fósiles que fueron inicialmente atribuidos a elefantes, aunque investigaciones posteriores demostraron que pertenecían a rinocerontes. Sin embargo, en campañas posteriores se descubrió un astrágalo que sí pertenecía a un elefante, confirmándose la presencia de estos animales en sus depósitos fosilíferos. Es el yacimiento de la trinchera que más tarde se ha empezado a excavar de una forma sistemática. En estos niveles se han hallado restos de fauna acompañados de instrumentos líticos, demostrando la presencia de homínidos en una época anterior en la que vivió el Homo antecessor de Gran Dolina (unos 780.000 años). En marzo de 2008, se han dado a conocer nuevos restos de Homo hallados en este yacimiento; se trata de parte de una mandíbula de un individuo de unos 20 años y 32 herramientas de sílex de tipo olduvayense; han sido datados en 1,2 millones de años de antigüedad, mucho más antiguos que los restos originales de Gran Dolina, lo que hace retroceder considerablemente la presencia de homínidos en Europa. Los restos, que inicialmente se identificaron como Homo antecessor, han sido posteriormente adscritos a Homo sp. (pertenecientes al género Homo pero sin precisar la especie), y probablemente pertenezcan a una nueva especie aún por definir. La mandíbula presenta características que la aproximan a las de los Homo más antiguos de África y de Dmanisi (Georgia) pero con rasgos que las diferencian.

Lo que hace importante al yacimiento de la Sima de los Huesos es la gran cantidad de restos humanos encontrados, más de 5.000 fósiles, que pertenecen a un grupo de unos 30 individuos de una única paleopoblación de la especie Homo heidelbergensis (considerada ancestro de Homo neanderthalensis) de muy diferentes edades y ambos sexos. Estos restos representan más del 90 % de los fósiles humanos recuperados para el Pleistoceno Medio de todo el mundo. De los restos humanos recuperados destacan diecisiete cráneos, entre los que se encuentra el cráneo número 5 que es el cráneo de Homo heidelbergensis mejor conservado del mundo y recibe, popularmente, el nombre de Miguelón en honor a Miguel Indurain.

Atapuerca constituye el conjunto de restos más antiguos y más numerosos de Europa. Se le considera Patrimonio cultural por la UNESCO desde el año 2000, y los descubrimientos que se han llevado a cabo en ella han tenido una enorme repercusión científica. El conjunto de los yacimientos está declarado como «Lugar de interés geológico español de relevancia internacional» (Geosite) por el Instituto Geológico y Minero de España, con la denominación «VP006: Atapuerca», dentro de la categoría «yacimientos de vertebrados del Plioceno-Pleistoceno español».

Los hallazgos de Atapuerca, en definitiva, nos muestran, paso a paso, una gran parte de nuestra evolución.

Las principales fuentes de divulgación de los yacimientos se encuentran en los libros Atapuerca: un millón de años de historia, Atapuerca. Nuestros antecesores y en el vídeo Atapuerca: el misterio de la evolución humana, que ha recibido numerosos premios nacionales e internacionales. En 1999 se constituyó en Burgos la Fundación Atapuerca, con el objetivo de apoyar las excavaciones e investigaciones y contribuir a la divulgación.

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