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Pedro Duque, John Glenn, Chiaki Mukai y Valeri Poliakov Premio Príncipe de Asturias Cooperación Internacional 1999

Pedro Duque, John Glenn, Chiaki Mukai y Valeri Poliakov

Discurso de John Glenn:

Majestad,
Alteza,
Autoridades,
Señoras y señores,

Es un gran honor estar aquí, en presencia de su Majestad la Reina y su Alteza Real el Príncipe de Asturias, para recibir el prestigioso Premio Príncipe de Asturias de 1999 de Cooperación Internacional. También nos honra estar en compañía de tantos notables galardonados en otros campos.

Éstas son personas cuyos logros están cambiando a mejor el curso de nuestras vidas, y la Fundación proporciona un gran servicio al reconocerlos. Este reconocimiento, sin embargo, lleva consigo un objetivo mayor todavía: el de servir de ejemplo a nuestros jóvenes, de modo que vean que sus esfuerzos, en su día, pueden alcanzar alturas mayores aún, si se aplican a su trabajo.

En el año 1962, en plena Guerra Fría, Gherman Titov –el segundo cosmonauta– y yo presentamos ponencias sobre nuestros respectivos vuelos en una reunión científica internacional en Washington. El presidente de la reunión, el Sr. Van der Hulst, era de los Países Bajos. Se trajo con él un par de antiguos zuecos holandeses de madera, uno de los cuales presentó a Titov, y el otro a mí, junto con sus deseos de que algún día, de alguna manera, pudiéramos encontrar la manera de que los zuecos caminaran juntos por el espacio. Por supuesto, el deseo simbólico del Sr. Van der Hulst ya se ha hecho realidad, no solamente con respecto a Rusia y los Estados Unidos, sino con respecto a otros países también.

Los días de la Guerra Fría ya han pasado a la historia, y el espacio se ha convertido en un ejemplo de cooperación internacional beneficiosa, con resultados de investigaciones científicas que están disponibles para todos.

En este último siglo hemos pasado del primer vuelo en avión al aterrizaje en la luna. Sólo nuestra imaginación nos permite prever lo que sucederá en los próximos cien años.

Valery Polyakov es el más experimentado cosmonauta ruso. Ha volado por el espacio con compañeros de varias nacionalidades diferentes y ha pasado más tiempo en el espacio que cualquier otra persona, rusa o americana. Esto es un récord muy impresionante y es para mí un honor personal especial estar aquí con él para compartir este galardón.

La semana próxima se cumplirá un año del lanzamiento del Discovery desde Cabo Cañaveral. Junto con los estadounidenses que participaban en la misión –uno de los cuales era yo– se encontraba Chiaki Mukai, representante de la Agencia Espacial Japonesa, y el gran Pedro Duque, que no solamente era el primer astronauta español, sino el representante de todos los estados miembros de la Agencia Espacial Europea. Les puedo asegurar que Pedro hizo un trabajo sobresaliente, y que España puede sentirse excepcionalmente orgullosa de él. Aquella fue una misión de gran éxito, en la que se incluyeron 83 proyectos de investigación diferentes.

Durante miles de años el ser humano ha mirado al cielo, maravillándose de lo que veía. En nuestro tiempo, hemos tenido el privilegio de poder aventurarnos en el espacio y utilizarlo como nuevo laboratorio. En el espacio, afortunadamente, la confrontación ha dado paso a la cooperación.

Ya se han acoplado –y circulan alrededor de la Tierra en este mismo instante– los primeros módulos ruso y estadounidense de la Estación Espacial Internacional. Estarán ocupados a partir de la próxima primavera, para la fase final de construcción, que se prolongará a lo largo de los próximos dos años. Dieciséis naciones, incluida España, cooperan en el mayor proyecto de ingeniería internacional de la historia.

Nosotros cuatro, representantes no sólo de los logros del pasado, sino de las esperanzas del futuro, estamos orgullosos de aceptar este galardón en nombre de todos nuestros colegas, tanto los que se encuentran en el espacio como en tierra, en el marco de un esfuerzo internacional continuado. Gracias.

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