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Ryszard Kapuściński y Gustavo Gutiérrez Merino Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2003
Reunido en Oviedo el Jurado del Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2003 integrado por D. Lluis Xabel Álvarez, D. Ignacio Bayón Mariné, D. Raúl Bocanegra Sierra, D.ª Isabel Gómez- Acebo, D. Javier Gómez Cuesta, D. Javier González Ferrari, D. Miguel Ángel Gozalo, D. Manuel Lombardero, D. Hans Meinke, D. Jaime Montalvo Correa, D.ª Beatriz de Moura, D. Pedro Páramo, D. Ernesto Sáenz de Buruaga, D. José Antonio Sánchez, D. Ricardo Senabre, D. Jesús de la Serna, D. Enrique de Ybarra, presidido por D. Juan Luis Iglesias Prada y actuando como secretario D. Román Suárez Blanco, acuerda por unanimidad conceder el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2003 al periodista Ryszard Kapuscinski y al teólogo Gustavo Gutiérrez Merino.
Ryszard Kapuscinski, escritor polaco de dilatada trayectoria, ha sido durante medio siglo un modelo de periodista independiente que ha dado cuenta veraz, hasta con el riesgo de su propia vida, de numerosos y trascendentales conflictos de nuestro tiempo en diversos continentes. No se ha limitado a describir externamente los hechos sino que ha indagado sus causas y analizado las repercusiones, sobre todo entre los más humildes, con los que se siente hondamente comprometido. Sus trabajos son valiosos reportajes, agudas reflexiones sobre la realidad circundante y, al mismo tiempo, ejemplos de ética personal y profesional, en un mundo en que la información libre y no manipulada se hace más necesaria que nunca.
El teólogo peruano Gustavo Gutiérrez es el iniciador de la renovadora corriente espiritual conocida como teología de la liberación, que propugna una atención especial al mundo de los desfavorecidos, entendiendo que la liberación preconizada por el mensaje cristiano no es aplicable únicamente a la faceta espiritual del ser humano, sino también a sus condiciones sociales y materiales. Con ello, esta propuesta de la teología de la liberación no se reduce a un planteamiento teórico, sino que constituye una práctica que, de modo especial en los países menos desarrollados, ha estimulado una dignificación de las condiciones de vida de millones de seres humanos.
Por su coincidente preocupación por los sectores más desfavorecidos y por su independencia frente a presiones de todo signo, que han tratado de tergiversar su mensaje, el jurado considera que Gustavo Gutiérrez y Ryszard Kapuscinski son dos modelos éticos y admirables de tolerancia y de profundidad humanística.
Oviedo, 30 de abril de 2003
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