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Ellen Macarthur Premio Princesa de Asturias Cooperación Internacional 2022

Ellen Macarthur

Me siento realmente honrada de estar aquí.

Hace justo 500 años, el español Juan Sebastián Elcano navegó en la nave Victoria hacia Sevilla, completando la primera circunnavegación del mundo. Ha sido llamado "El viaje marítimo más importante jamás realizado”.

Desde los cuatro años, navegar alrededor del mundo era mi sueño…

Hace poco más de 20, mi sueño se hizo realidad. Navegué en solitario alrededor del mundo por primera vez en una regata llamada Vendée Globe.

Cuatro años después lo volví a hacer, a bordo de un trimarán, y batí el récord mundial.

En esto, su país fue precursor. Entenderán por tanto que es un verdadero honor estar aquí en España, este año, esta noche, con ustedes.

Recuerdo vivamente lo que escribí en mi bitácora mientras estaba sola en el mar...

Lo que tengo en este barco es todo lo que tengo. No hay más”.

Supe entonces que si se me acababa el combustible, el agua o la comida, mi viaje terminaría. Era cuestión de éxito o fracaso, de vida o muerte. Dependía totalmente de mis limitados recursos.

Ese barco era todo mi mundo.

Pero cuando desembarqué después de 71 días, me di cuenta. Nuestro mundo no es diferente. Nuestro mundo es nuestro barco, y también tiene recursos finitos.

Sin embargo, nos comportamos, y manejamos nuestra economía, como si nuestros recursos nunca se agotaran.

Cogemos algo del suelo, hacemos algo con ello y luego lo tiramos; cogemos, fabricamos, desperdiciamos: es una economía lineal.

Es un sistema económico basado en la extracción, el desperdicio masivo y la contaminación, y por ende, en la destrucción de los ecosistemas y la naturaleza. El daño nos rodea totalmente y ya no puede ser ignorado.

Pero hoy en día, ¿no podemos hacerlo mejor?¿Qué pasa si esa línea recta se convierte en un círculo?

Si en lugar de coger, fabricar y desperdiciar, canalizamos los residuos y la contaminación, mantenemos los productos y materiales en uso durante el mayor tiempo posible y regeneramos la naturaleza.

Ésta resultaría ser una economía que no se agota, que aprovecha la innovación y la creatividad e induce un crecimiento económico a largo plazo mientras hace del mundo un lugar mejor...

Esto no es mera teoría, la oportunidad de una economía circular está siendo defendida cada vez más en todo el mundo por los líderes empresariales y los responsables políticos. En este sentido, España –ustedes– se encuentra entre los pioneros de esta transición global al haberla adoptado en su Estrategia Circular 2030.

Uno de los ejemplos más llamativos del fracaso de una economía lineal es el plástico.

El plástico ha revolucionado muchos aspectos de nuestras vidas.

Está en todas partes porque es muy útil.

Pero, en muchos casos, se encuentra ahí donde no debería estar.

¿Por qué fabricar, hoy en día, algo que sabemos que se convertirá en un residuo?

Millones de toneladas de estos desechos plásticos se filtran al medio ambiente todos los días, y por eso, hace siete años, en nuestra Fundación elegimos los plásticos como un área clave en la que trabajar.

Este es un ENORME desafío ya que requiere un verdadero cambio sistémico, lo que significa que la participación tendrá que provenir de todos los sectores. Las empresas y sus diseñadores y comercializadores, administradores de materiales, gestores financieros, legisladores y consumidores de todo el mundo deberán involucrarse.

La buena noticia es que esto realmente está empezando a suceder.

Las empresas ya están invirtiendo miles de millones de dólares en esta transición y los gobiernos, como el suyo, están desarrollando planes nacionales.

Pero se necesita hacer mucho más. Y aquí hay una verdadera esperanza.

A principios de este año, España se unió a otros países miembros de las Naciones Unidas para negociar un tratado global y abordar la contaminación plástica.

Esta es una oportunidad que se da una sola vez en una generación.

La Fundación MacArthur, en colaboración con el Fondo Mundial para la Naturaleza, está apoyando a empresas y legisladores a medida que comienzan estas negociaciones, reclamando los más altos niveles de ambición.

La lógica de una economía circular va mucho más allá de los plásticos. Es una agenda mucho más amplia.

Adoptar una economía circular nos permite abordar algunos de nuestros desafíos globales más apremiantes:

Hacer crecer nuestra biodiversidad

Regenerar nuestros recursos naturales

Arreglar nuestro clima…

¡Qué logro! Ser la generación que permitió que las futuras generaciones pudieran transmitir un planeta más saludable.

Un planeta que tiene una economía próspera que crece en armonía con la naturaleza, y no contra ella.

Si nuestra ambición se combina con la acción, podemos hacerlo.

Al igual que la circunnavegación española de hace 500 años, necesitamos un ‘precursor’ en el que inspirarse.

Mi agradecimiento de nuevo al jurado por este premio y mi eterno agradecimiento al equipo de la Fundación Ellen MacArthur sin el cual nada de esto hubiera sido posible.

Gracias.

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